martes, 18 de mayo de 2010

La Novia de Tola (Nicaragua)

A sólo 13 kilómetros al norte de Rivas se encuentra un pequeño pueblo que debe su fama a un hecho histórico, que en su momento fue el mayor escándalo social de la época, a tal punto que de él se han creado versiones que rayan en lo mítico y lo folklórico, pero que en el poblado todavía quedan personas que dan fe de que aquí nació la verdadera historia de la Novia de Tola.

Existen varias versiones sobre la historia de la novia de Tola, pero todas coinciden en que el propio día del matrimonio de una joven llamada Hilaria con su prometido Salvador Cruz, éste la dejó plantada esperando frente a la iglesia porque otra señora con la que tenía amoríos y que vivía en las afueras del caserío se le adelantó y le frustró la boda.

Según una de las versiones, Hilaria estaba feliz con los preparativos de su boda que para ella sería con el amor de su vida. El oficio religioso estaba previsto a realizarse en Belén, ya que para entonces en su natal Tola no había parroquia católica.

Sucedió que en la víspera del casamiento los novios habían acordado encontrarse en la iglesia de Belén, pero Salvador decidió antes de casarse, pasar despidiéndose de la Juanita, que era otra joven con la que tenía relaciones amorosas a escondidas, pero al llegar donde ésta, que ya estaba enterada que Salvador se iba a casar con Hilaria, lo tomó fuerte y le dijo:
“vos no te vas a casar con otra, conmigo te vas a casar”
y lo llevó directo donde el padrecito para que los casara, dejando plantada a la novia oficial, frente a la iglesia.

Otra versión que cuentan en Tola es que cuando Salvador Cruz llegó a despedirse de su Juanita, en la misma mañana de su boda, ésta le dio de beber bastante chicha de maíz hasta dejarlo bien “picado” para evitar que llegara al casamiento con Hilaria, que vestida con el tradicional traje blanco de novia, esperó y esperó en el atrio de la iglesia, hasta que se convenció que su novio nunca llegaría.

LA TRAGEDIA DE LA NOVIA DE TOLA.

Ocurre por 1870 la pareja de enamorados Salvador Cruz, un jovenazo simpatico, rico, parrandero y mujeriego le propone matrimonio a Hilaria Ruiz una jovencita muy bonita, dulce e inocente.

Al parecer ellos estaban locamente enamorados, o por lo menos eso aparentaban.

De Salvador, sin embargo se sabe, que parecia ya cansado de tanto mujerear y en sus casi treinta primaveras conquista a Hilaria, muy ingenua.. quien estaba advertida por todos sus amigos y familiares de no casarse con semejante bandido.

Todo el pueblo murmuraba de que este era el mismo hombre que visitaba la Juana Gazo, una vecina de por el lado del Rio de Tola.

Un pariente de Hilaria en Belén, en donde estaba ubicada la parroquia mas cercana, ofrece su casona para la fiesta de la boda..

y ese dia muy de madrugada se prendieron todos los candiles de la casa y el olor a cafecito madrugador reunia la parentela a cargo de realizar los preparativos, ...

El silencio de la noche se interrumpio y se escuchaban las primeros crujidos de leña prendida en aquel fogon de piedra, ..nacatamales y chicha aguardaban a los invitados a la gran boda.

Rosa, prima de Hilaria llamaba a los chavalos para que la ayudaran en la correteada de las gallinas, chompipes y chanchos....

Como un espanto en las tienieblas de aquella madrugada se escuchaban los alaridos de aquella chancha bien gorda en terror ante su eventual sacrificio.

Mas tarde llegaron los chicheros con sus guitarrones y sus grandes panas de aluminio que usaban para hacer el pom pom del bajo...todo estaba preparado.

Y en todo el pueblo la bulla y alegria del acontecimiento que ya era la novedad ..

La mamita Juana compartia con la parentela historias de antiguos casamientos...las historias felices de las bodas famosas de aquella parroquia en Belen..

Mientras Rosa correteaba a sus seis chavalos ..entre sus otros primos y parientes..estos corrian de arriba para abajo, en la casona. Los detalles habidos y por haber, de la boda estaban todos listos..

Salvador Cruz, por el otro lado habia pasado la noche en Tola, y como a las once del dia se dirige hacia Belén...pero en el camino se da un resvalon por el estanco del Rio de Tola ..en donde vivia su famosa Juana Gazo.

Juana sabia que todo estaba terminado con su amante y pretendiendo aceptar la realidad del matrimonio ofrece que para despedirse brinden por el futuro de la pareja.

Salvador parrandero no muy corto y perezoso le entra al guaron y se emborracha en los brazos de Juana una vez mas.

Mientras en Belen ..en el altar de la iglesia Hilaria lloraba profundamente en desconsuelo...

La familia, sus invitados y el pueblo presenciaba con tremenda tristeza esta tragedia al final. Desde entonces nació la leyenda de la Novia de Tola, que sacó del anonimato a este municipio y dio a nuestro lenguaje un dicho que ahora se utiliza mucho cuando alguien se queda esperando a otra persona y ésta no da señales de vida, por lo que bien le cae aquello de “Te dejaron esperando como la Novia de Tola.”

No hay comentarios :

Publicar un comentario