Por el año 1815, la gente de la época presenció cómo una mujer se convirtió en mula de la cintura para arriba después de que le negara un plato de comida a su madre. El fenómeno ocurrió en su pequeño restaurant, donde llegó la anciana a pedir. Después de que su propia hija la botara, ella se encontró a un señor que le dio una moneda con una cruz de San Andrés sobre el sello. El hombre le dijo que volviera al restaurant, comprara una comida con esta moneda y, al darle su hija el vuelto le dijera: “quédate con eso pa’ que compres malojo”.
Después de seguir las instrucciones del desconocido, la hija de la señora sufrió la transformación delante de los que allí se encontraban, comenzo a lanzar coces y a relinchar, hasta que se fue del lugar. Después de ese día, la mujer mula aparece rezando en la iglesia de Las Mercedes, cubriendo su castigo con un gran manto blanco.
viernes, 23 de julio de 2010
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