Antolín El Cibaeño, un amigo que conocí en La Maguana hace mucho tiempo recibió de María Francisca el regalo de dos gatos negros, para el cuidado de su almacén no hace muchos años, cuyos animales crecieron muy hermosos gracias al cuidado que se les dio, pero resulta que un día un campesino se aventura a pasar a un apartamento contiguo a la tienda del Señor Antolín y se encuentra que sobre la mesa está sentado uno de los gatos relamiéndose su pata, dando eso lugar a que el campesino saliera del lugar muerto de miedo para decirle a un compañero que le esperaba fuera, ! Compadre, me he salvado de casualidad, ese hombre tiene un pichón!
Se refería a un Bacá que tenía el Señor Antolín en su casa para que le prosperara el negocio, y ese hombre debe estar pensando que estuvo en lo cierto al ver que Don Antolín, al dejar el comercio, se dedicó a la ganadería con relativo éxito y que un año después se suicidó ahorcándose de un árbol.
Fuente: http://www.elmasacre.com/
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