Desde comienzos de la historia, el hombre ha temido y perseguido a las culebras. Nuestro jíbaro no es una excepción a esta regla y no es raro que, al encontrarse con una en el campo, la corte por la mitad con su machete. De las culebras de Puerto Rico, la más temida y perseguida es la boa, Epicrates inornatus, mejor conocida por "culebrón". El culebrón puede llegar a medir hasta seis pies de largo. Al igual que otras boas, no es venenosa y es generalmente poco agresiva, particularmente si la comparamos con su pariente cubana, el Majá (Epicrates angulifer). El culebrón es generalmente de hábitos nocturnos y se alimenta principalmente de pájaros, ratones, ratas y murciélagos. No conocemos el status actual de este animal en la Isla y no sabemos si su población ha disminuido o aumentado. Aunque es de suponer que la población ha mermado considerablemente por la deforestación y la destrucción de los lugares donde solía vivir, algunos piensan que es más abundante de lo que generalmente se suponía y tal vez no se trate de una especie en peligro de extinción. También esta culebra parece estar mejor representada en algunas zonas de Puerto Rico que en otras. Al parecer es más abundante en el norte de Puerto Rico y, en especial, en los bosques de mogotes, pero no se sabe si esta distribución es reciente o si el Culebrón siempre ha estado mayormente limitado a esta zona.
En nuestra Isla todavía existe la creencia de que la manteca de esta culebra tiene efectos curativos y es de especial ayuda para la artritis. Es por esta razón que algunas personas la capturan, la abren y luego extraen la manteca para usos personales o para la venta. No se sabe desde cuando existe esta creencia, pero ya para el 1933 Grant informa de esta costumbre: "Son muchas las sorprendentes historias que abundan y son creídas sobre la boa en esta Isla hoy día. La manteca de culebra está en gran demanda para propósitos "medicinales", pero esta tiene que ser extraída de un animal vivo".
Existe en Puerto Rico otra creencia que también ha causado que se tema y se mate este animal. Se cree que introduce el rabo en la boca de los "bebés" que lloran y, mientras los niños se calman chupándose el rabo, el animal succiona la leche de la madre. Hace unos años, cuando el famoso incidente del Vampiro de Moca, no faltó quien postulara la teoría de que el vampiro no era otra cosa que un culebrón. El New York Times, en el 1929, publica un artículo donde se habla de la introducción de mangostas en Puerto Rico. Dicho artículo postula que las boas matan a hombres y bestias por igual y que hasta los nativos se niegan a adentrarse en los campos para no encontrarse con este peligroso animal. Continúa relatando el mismo autor una sangrienta batalla entre mangosta y culebrón donde la culebra le arroja veneno al mamífero, pero finalmente pierde el terrible combate.
Es importante que el puertorriqueño entienda que el culebrón, lejos de ser dañino (ya que no es venenoso y es poco agresivo), es beneficioso, ya que añade diversidad a nuestros bosques y nos ayuda en el control biológico de ratas y ratones. Es importante que nuestro pueblo comprenda que El culebrón es parte del patrimonio de nuestra Isla y que, al igual que otras especies, tiene el derecho de vivir. Es nuestra responsabilidad moral velar por la protección de esta tan espectacular especie.
martes, 27 de julio de 2010
EL PIRATA COFRESÍ (Puerto Rico)
La goleta "Ana," navegando de bolina y orza este, cuarta al nordeste, dobló punta Borinquen e hizo frente a las embravecidas ondas del mar del Norte, dejando las tranquilas aguas del noroeste de la ensenada de Aguadilla.
--"Aferra el trinquete(3) y afloja foque(4) y mayor(5)", gritó Cofresí al segundo de a bordo; y echémonos mar afuera a ver si tenemos hoy buena fortuna a barlovento.
Las órdenes del pirata se cumplieron estrictas y la ligera nao empezó a navegar velozmente con todo su aparejo a vela llena. Las ondas se rompían impetuosas en su proa y azotaban con sus espumas blanquizcas la cubierta del barco. Las cuadernas de la goleta crujían de vez en cuando. Detrás iba quedando una estela de lechoso espumajo hirviente.
El horizonte estaba límpido, el cielo azul, y el brisote frescachón que soplaba del este estaba fijo. La isla se iba perdiendo de vista. De cuando en cuando una gaviota pasaba graznando sobre la embarcación: parecía un pañuelo blanco arrojado en el espacio.
--"Pilichi", dijo Cofresí al grumete, con soberbio ademán, "vé a mi camarote y tráeme el anteojo. Me parece divisar algo en lontananza".
Y el arrogante marino ponía la mano horizontal sobre las cejas, como una visera, para enfocar bien su mirada de águila y escudriñar las lejanías del mar. Recibido el catalejo lo tendió diestramente y, cierto de lo que presumía, por sus ojos fulguró un relámpago, y gritó al contramaestre con voz llena de fanfarria.
--"Hazte cargo del timón, Galache, que tenemos enemigos a la vista".
Era un brick(6) danés que conducía mercaderías de Nueva York a San Thomas. Para tal época esa isla, con su puerto franco, era un depósito de grandes aprovisionamientos de telas, ferretería y artículos de lujo traídos de Europa y Norte América para surtir las Antillas y Venezuela. Cada vez se distinguía más claro el confiado buque mercante. Cofresí pasó al entrepuente de proa e hizo en su presencia cargar el pedrero de bronce con un saquillo de pólvora y abundante metralla. Después se cercioró que estaba fuerte el montaje de la cureña y firmes las gualderas. Entonces marchó a popa donde reunió su gente, llamando a cada uno por su nombre, y les dio sus instrucciones. Revisó severamente machetes y cuchillos. Hizo traer más armas blancas y ordenó ponerlas en un sitio especial en el combés cerca del palo del trinquete. Y tranquilamente se puso a amolar, con sumo cuidado, su hacha de abordaje.
La gente del bergantín, al divisar la goleta, izó la bandera danesa en señal de saludo. La velera "Ana" izó bandera de muerte, es decir, la bandera negra de los piratas. El brick ya no podía huir y afrontó el peligro. La goleta era muy andadora y se habla apropiado directamente al enemigo. El bergantín estaba abarrotado en su carga. Su tripulación comprendió que tenía que habérselas con un barco pirata. Pronto la borda del brick fue ocupada por diez rifleros alineados que hicieron fuego de fusilaría. Eran malos tiradores. Las balas atravesaron el velamen de la "Ana" y algunas se incrustaron en la obra muerta(7) del casco. Entonces las armas de fuego no eran de repetición; de modo que mientras las cargaban de nuevo los tiradores del bergantín, la goleta se puso a doscientos pies de distancia y le lanzó una descarga de metralla con el pedrero de proa. El ruido del cañón impresionó a los marineros del brick y antes que pudieran disparar por segunda vez sus rifles, ya la "Ana" estaba al abordaje, ceñida al buque contrario por estribor.
Cofresí, hacha en mano, seguido de los suyos, saltó ágil y célere al buque abordado y atacó cuerpo a cuerpo a los defensores del brick. Estos no estaban preparados para un combate al arma blanca. Sonaron tres o cuatro tiros y quedó despejado el entrepuente(8). Los marineros del bergantín se refugiaron en las bodegas. Rápidamente se adueñó Cofresí del buque dando muerte al timonel y a algunos marinos que quedaron sobre cubierta. Después cerraron las escotillas(9) y quedó preso bajo cubierta el resto de la tripulación del brick. El capitán danés estaba junto al palo de mesana, en un charco de sangre, con la cabeza abierta de un hachazo. Los cadáveres fueron arrojados al mar y empezó el alijo de la sobrecubierta. En seguida se saquearon las bodegas con suma precaución y se trincaron bien los presos que iban apareciendo. Luego de saqueado el bergantín se le dio barreno, y se desatracó el pirata para verlo hundirse. El brick dio una cabezada primero y se inclinó de proa; después se fue sumergiendo poco a poco hasta que de repente desapareció bajo las aguas.
La "Ana" hizo entonces rumbo hacia la Isla, que se divisaba a sotavento, y maniobró en demanda de punta San Francisco para ocultarse en Cabo Rojo.
El comercio de San Thomas estaba aterrado con las depredaciones de Cofresí. Por fin el gobierno de Washington intervino y dio orden al Almirantazgo de castigar al pirata puertorriqueño. Pronto llegó a conocimiento de Cofresí que un barco de guerra norteamericano había venido a ayudar a las autoridades de la Isla para capturarlo o destruirlo. Entonces abandonó sus correrías por aguas del Atlántico y se pasó al mar Caribe.
Estando la "Ana" fondeada en el puerto de Bocas del Infierno divisó en lontananza una vela, y Cofresí con su velera nao salió prontamente a apresarla. Pero esta vez fue por lana y le zurraron la badana. Tan pronto estuvo a tiro de cañón recibió un balazo en el bauprésque le hizo comprender que se las había con un barco de guerra. No obstante, se le fue encima valentísimo y le hizo fuego de fusilería y cañón siendo recibido de igual modo. Viendo la superioridad del contrario viró de redondo y a todo trapo emprendió la huida. La goleta, descalabrada, izó la escandalosa(10) sobre los cangrejos para escapar mejor, utilizando el viento de popa que le soplaba. Cofresí se puso al timón porque la "Ana" era una nave de buen gobierno y muy veloz, y dirigió la goleta paralelamente a la costa, bojeando el sur y burlándose de sus perseguidores hasta que la embarrancó en un bancal diestramente. Echados un bote y una chalana al agua ganaron los piratas la playa, librándose del buque de guerra que no pudo alcanzarlos, ni maniobrar con sus botes por aquellos sitios inabordables.
Ya en tierra dividió Cofresí su gente en dos grupos, dándoles por punto de reunión la playa de Cabo Rojo. Antes enterraron lo que pudieron salvar de la "Ana." Cada grupo bien armado emprendió la fuga por distinta vía.
Como las Milicias Disciplinadas estaban patrullando por aquella costa, pronto los dos grupos tuvieron que batirse y abrirse campo a sangre y fuego, volviendo a subdividirse, fatigados y jadeantes, hasta que acosados por la caballería tuvieron que rendirse a sus perseguidores. El jefe pirata fue cogido después de reñida refriega, todo cubierto de heridas.
Roberto Cofresí y Ramírez de Arellano(11), natural y vecino de Cabo Rojo, era un joven altivo, de veintiséis años de edad, robusto, valiente, audaz y de bravo aspecto. Unido a quince compañeros de la piel del diablo, eran el terror de estos mares antillanos con sus piraterías.
Para satisfacer a la vindicta pública y asegurar el reposo y tranquilidad de estas islas, fueron pasados por las armas en la mañana del 29 de marzo de 1825. Un gentío inmenso presenció el horroroso espectáculo en el Campo del Morro. Un destacamento del Regimiento de Infantería de Granada formó el cuadro para conservar el orden. Una descarga cerrada de un piquete de tiradores, a una señal sigilosa convenida, hizo que once de aquellos desgraciados pasaran a la eternidad. Los otros habían muerto en los combates sostenidos con las Milicias.
Satisfecha la curiosidad y llena de pavor dispersóse la muchedumbre conmovida. Las tropas volvieron a sus cuarteles a redoble de tambor. Y los cadáveres mutilados por la justicia humana quedaron expuestos al público por veinticuatro horas para escarmiento de malhechores.
Los hermanos de la Caridad, que no comulgan con el odio social, previo permiso del Gobierno, dieron sepultura a aquellos cadáveres en el cementerio de Santa María de la Magdalena.
Así terminaron el valiente Cofresí y sus intrépidos compañeros de correrías piráticas.
--"Aferra el trinquete(3) y afloja foque(4) y mayor(5)", gritó Cofresí al segundo de a bordo; y echémonos mar afuera a ver si tenemos hoy buena fortuna a barlovento.
Las órdenes del pirata se cumplieron estrictas y la ligera nao empezó a navegar velozmente con todo su aparejo a vela llena. Las ondas se rompían impetuosas en su proa y azotaban con sus espumas blanquizcas la cubierta del barco. Las cuadernas de la goleta crujían de vez en cuando. Detrás iba quedando una estela de lechoso espumajo hirviente.
El horizonte estaba límpido, el cielo azul, y el brisote frescachón que soplaba del este estaba fijo. La isla se iba perdiendo de vista. De cuando en cuando una gaviota pasaba graznando sobre la embarcación: parecía un pañuelo blanco arrojado en el espacio.
--"Pilichi", dijo Cofresí al grumete, con soberbio ademán, "vé a mi camarote y tráeme el anteojo. Me parece divisar algo en lontananza".
Y el arrogante marino ponía la mano horizontal sobre las cejas, como una visera, para enfocar bien su mirada de águila y escudriñar las lejanías del mar. Recibido el catalejo lo tendió diestramente y, cierto de lo que presumía, por sus ojos fulguró un relámpago, y gritó al contramaestre con voz llena de fanfarria.
--"Hazte cargo del timón, Galache, que tenemos enemigos a la vista".
Era un brick(6) danés que conducía mercaderías de Nueva York a San Thomas. Para tal época esa isla, con su puerto franco, era un depósito de grandes aprovisionamientos de telas, ferretería y artículos de lujo traídos de Europa y Norte América para surtir las Antillas y Venezuela. Cada vez se distinguía más claro el confiado buque mercante. Cofresí pasó al entrepuente de proa e hizo en su presencia cargar el pedrero de bronce con un saquillo de pólvora y abundante metralla. Después se cercioró que estaba fuerte el montaje de la cureña y firmes las gualderas. Entonces marchó a popa donde reunió su gente, llamando a cada uno por su nombre, y les dio sus instrucciones. Revisó severamente machetes y cuchillos. Hizo traer más armas blancas y ordenó ponerlas en un sitio especial en el combés cerca del palo del trinquete. Y tranquilamente se puso a amolar, con sumo cuidado, su hacha de abordaje.
La gente del bergantín, al divisar la goleta, izó la bandera danesa en señal de saludo. La velera "Ana" izó bandera de muerte, es decir, la bandera negra de los piratas. El brick ya no podía huir y afrontó el peligro. La goleta era muy andadora y se habla apropiado directamente al enemigo. El bergantín estaba abarrotado en su carga. Su tripulación comprendió que tenía que habérselas con un barco pirata. Pronto la borda del brick fue ocupada por diez rifleros alineados que hicieron fuego de fusilaría. Eran malos tiradores. Las balas atravesaron el velamen de la "Ana" y algunas se incrustaron en la obra muerta(7) del casco. Entonces las armas de fuego no eran de repetición; de modo que mientras las cargaban de nuevo los tiradores del bergantín, la goleta se puso a doscientos pies de distancia y le lanzó una descarga de metralla con el pedrero de proa. El ruido del cañón impresionó a los marineros del brick y antes que pudieran disparar por segunda vez sus rifles, ya la "Ana" estaba al abordaje, ceñida al buque contrario por estribor.
Cofresí, hacha en mano, seguido de los suyos, saltó ágil y célere al buque abordado y atacó cuerpo a cuerpo a los defensores del brick. Estos no estaban preparados para un combate al arma blanca. Sonaron tres o cuatro tiros y quedó despejado el entrepuente(8). Los marineros del bergantín se refugiaron en las bodegas. Rápidamente se adueñó Cofresí del buque dando muerte al timonel y a algunos marinos que quedaron sobre cubierta. Después cerraron las escotillas(9) y quedó preso bajo cubierta el resto de la tripulación del brick. El capitán danés estaba junto al palo de mesana, en un charco de sangre, con la cabeza abierta de un hachazo. Los cadáveres fueron arrojados al mar y empezó el alijo de la sobrecubierta. En seguida se saquearon las bodegas con suma precaución y se trincaron bien los presos que iban apareciendo. Luego de saqueado el bergantín se le dio barreno, y se desatracó el pirata para verlo hundirse. El brick dio una cabezada primero y se inclinó de proa; después se fue sumergiendo poco a poco hasta que de repente desapareció bajo las aguas.
La "Ana" hizo entonces rumbo hacia la Isla, que se divisaba a sotavento, y maniobró en demanda de punta San Francisco para ocultarse en Cabo Rojo.
El comercio de San Thomas estaba aterrado con las depredaciones de Cofresí. Por fin el gobierno de Washington intervino y dio orden al Almirantazgo de castigar al pirata puertorriqueño. Pronto llegó a conocimiento de Cofresí que un barco de guerra norteamericano había venido a ayudar a las autoridades de la Isla para capturarlo o destruirlo. Entonces abandonó sus correrías por aguas del Atlántico y se pasó al mar Caribe.
Estando la "Ana" fondeada en el puerto de Bocas del Infierno divisó en lontananza una vela, y Cofresí con su velera nao salió prontamente a apresarla. Pero esta vez fue por lana y le zurraron la badana. Tan pronto estuvo a tiro de cañón recibió un balazo en el bauprésque le hizo comprender que se las había con un barco de guerra. No obstante, se le fue encima valentísimo y le hizo fuego de fusilería y cañón siendo recibido de igual modo. Viendo la superioridad del contrario viró de redondo y a todo trapo emprendió la huida. La goleta, descalabrada, izó la escandalosa(10) sobre los cangrejos para escapar mejor, utilizando el viento de popa que le soplaba. Cofresí se puso al timón porque la "Ana" era una nave de buen gobierno y muy veloz, y dirigió la goleta paralelamente a la costa, bojeando el sur y burlándose de sus perseguidores hasta que la embarrancó en un bancal diestramente. Echados un bote y una chalana al agua ganaron los piratas la playa, librándose del buque de guerra que no pudo alcanzarlos, ni maniobrar con sus botes por aquellos sitios inabordables.
Ya en tierra dividió Cofresí su gente en dos grupos, dándoles por punto de reunión la playa de Cabo Rojo. Antes enterraron lo que pudieron salvar de la "Ana." Cada grupo bien armado emprendió la fuga por distinta vía.
Como las Milicias Disciplinadas estaban patrullando por aquella costa, pronto los dos grupos tuvieron que batirse y abrirse campo a sangre y fuego, volviendo a subdividirse, fatigados y jadeantes, hasta que acosados por la caballería tuvieron que rendirse a sus perseguidores. El jefe pirata fue cogido después de reñida refriega, todo cubierto de heridas.
Roberto Cofresí y Ramírez de Arellano(11), natural y vecino de Cabo Rojo, era un joven altivo, de veintiséis años de edad, robusto, valiente, audaz y de bravo aspecto. Unido a quince compañeros de la piel del diablo, eran el terror de estos mares antillanos con sus piraterías.
Para satisfacer a la vindicta pública y asegurar el reposo y tranquilidad de estas islas, fueron pasados por las armas en la mañana del 29 de marzo de 1825. Un gentío inmenso presenció el horroroso espectáculo en el Campo del Morro. Un destacamento del Regimiento de Infantería de Granada formó el cuadro para conservar el orden. Una descarga cerrada de un piquete de tiradores, a una señal sigilosa convenida, hizo que once de aquellos desgraciados pasaran a la eternidad. Los otros habían muerto en los combates sostenidos con las Milicias.
Satisfecha la curiosidad y llena de pavor dispersóse la muchedumbre conmovida. Las tropas volvieron a sus cuarteles a redoble de tambor. Y los cadáveres mutilados por la justicia humana quedaron expuestos al público por veinticuatro horas para escarmiento de malhechores.
Los hermanos de la Caridad, que no comulgan con el odio social, previo permiso del Gobierno, dieron sepultura a aquellos cadáveres en el cementerio de Santa María de la Magdalena.
Así terminaron el valiente Cofresí y sus intrépidos compañeros de correrías piráticas.
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Mitos y Leyendas de Puerto Rico
LEYENDA DE LA CAPILLA DEL CRISTO (Puerto Rico)
Cuenta la leyenda que la Capilla del Cristo se erigió para honrar un milagro.
Dice la leyenda, que para los años 1750 más o menos, se había efectuado una carrera de caballos a lo largo de la calle Del Cristo. Uno de los participantes no pudo detener su caballo y se cayó por el precipicio. Don Tomas Mateo Prats, que era el secretario de gobierno para aquel entonces, invocó al Santo Cristo de la Salud y que el joven que cayó por el precipicio se salvó. Por agradecimiento al Santo Cristo de la Salud, Don Tomas Mateo Prats ordenó construir la Capilla.
La verdad, no es esa. Estudios recientes hechos por Don Adolfo de Hostos confirman que el joven que cayó por el acantilado, si murió. Y que Don Tomas Mateo Prats ordenó erigir la Capilla para evitar tragedias futuras.
Dice la leyenda, que para los años 1750 más o menos, se había efectuado una carrera de caballos a lo largo de la calle Del Cristo. Uno de los participantes no pudo detener su caballo y se cayó por el precipicio. Don Tomas Mateo Prats, que era el secretario de gobierno para aquel entonces, invocó al Santo Cristo de la Salud y que el joven que cayó por el precipicio se salvó. Por agradecimiento al Santo Cristo de la Salud, Don Tomas Mateo Prats ordenó construir la Capilla.
La verdad, no es esa. Estudios recientes hechos por Don Adolfo de Hostos confirman que el joven que cayó por el acantilado, si murió. Y que Don Tomas Mateo Prats ordenó erigir la Capilla para evitar tragedias futuras.
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Mitos y Leyendas de Puerto Rico
LEYENDA TAINA DE GUANINA Y SOTOMAYOR (Puerto Rico)
Guanina era una india taina. Hermana de Agüeybaná el Bravo, ósea el jefe de la tribu y de un grupo de bravos guerreros, el cacique supremo de toda la isla de Puerto Rico. Guanina significa en el lenguaje taíno: "Resplandeciente como el oro".
Los conquistadores españoles se habían apoderado de la isla de Borinquén, que así se llamaba entonces la isla de Puerto Rico.
En aquel tiempo, un indio llamado Guarionex vivía enamorado de Guanina. Guanina era la hermana del cacique supremo, ósea el jefe de todas las tribus de la isla.
Guarionex cada vez que veía a Guanina el corazón le latía a tal magnitud que parecía que se le quería salir del pecho. Cada vez que el la veía le declaraba su amor. Ella no le correspondía porque ella vivía enamorada de un conquistador español llamado Don Cristobal de Sotomayor, alcalde mayor y fundador de un poblado al que había bautizado con su propio apellido.
Guarionex lleno de odio mortal hacia Sotomayor, le gritaba: - ¡Don Cristobal, uno de los dos debe de morir! Tú no mereces vivir porque me robaste el amor de Guanina, y yo no quiero seguir viviendo si me falta su amor.
Los indios ya no podían soportar mas el trato cruel de los españoles. Los indios taínos los habían recibido con amistad y habían celebrado la ceremonia del guatiao ( pacto de fraternidad que sellaban con el intercambio de nombres). Por eso al cacique Agüeybaná también se le llamaba Don Cristobal.
Los españoles haciendo caso omiso al pacto, se repartieron a los indios como siervos. Los explotaban especialmente en los yacimientos de oro. Ya desesperados los indios anhelaban volver a ser libres. Una noche, celebraron un areito (reuniones para celebrar sus fiestas, recordar tradiciones, y tomar decisiones sobre todo cuando era necesario tomar una decisión sobre una guerra). Esa noche Agüeybaná y los taínos decidieron que los españoles tenían que morir para ellos poder ser libres otra vez.
Guarionex quiso el poblado de su enemigo mayor, que era Don Cristobal de Sotomayor. Güarionex no pudo matar a Don Cristobal de Sotomayor porque en ese momento Sotomayor estaba llegando al bohío de Agüeybaná donde Guanina le advirtió que se salvara que los indios se habían revuelto en su contra.
Sotomayor se fue con sus soldados a La Villa de Caparra para ver al Gobernador. Agüeybaná le prestó a Sotomayor a unos Naborías para que lo ayudaran con la carga. Pero en secreto les dijo que cuando empezara el ataque, huyeran con la carga. Guanina no quiso dejar a Sotomayor huir solo y se fue con el.
Los indios tainos los persiguieron y el ataque empezó. Sotomayor peleaba ferozmente con su espada mientras los golpes de las macanas de los indios le iban abriendo profundas heridas. En el momento de mayor peligro, Guanina se interpuso entre Sotomayor y los indios y recibió en su cuerpo la herida mortal que iba dirigida a su amado. En ese momento de distracción de Sotomayor, Agüeybaná aprovechó para traspasarlo con su flecha. Cayó Sotomayor en los brazos de su amada Guanina.
Agüeybaná mandó a que los enterraran juntos, pero que a Sotomayor le dejaron los pies fuera de la tumba para que no pudiera encontrar el camino a la tierra de los muertos.
Poco después los españoles rescataron los cuerpos y los enterraron, uno al lado del otro, al pie de un risco empinado y a la sombra de una enorme ceiba.
Desde entonces, los jíbaros dicen que cuando el viento agita de noche las ramas del árbol frondoso, se oye un murmullo, que no es el rumor de las hojas, y se ven dos luces muy blancas, que no son luces de luciérnagas o cucubano, sino los espíritus de Guanina y Sotomayor que flotan, danzan y se funden, cantando la dicha de estar unidos siempre.
Glosario:
bohío = casas o chozas donde vivían los indios.
Caparra = primera residencia del conquistador, gobernador de Puerto Rico, Juan Ponce de León
cucubano = insecto volador que despide una luz azulada durante la noche
jíbaro = nombre conque se conoce a los campesinos puertorriqueños.
macana = arma defensiva de los indios, hecha de madera más dura de una especie de palma.
Naborias = indios que trabajaban como siervos para un señor, ya éste un cacique o colono español
Taínos = palabra indígena que significa "los buenos" y que da nombre a los indios de las Antillas Mayores.
guatiao = pacto de fraternización que sellaban con nombres
areito = reuniones que hacían los indios para celebrar sus fiestas, recordar tradiciones, tomar decisiones, o declarar guerras.
Los conquistadores españoles se habían apoderado de la isla de Borinquén, que así se llamaba entonces la isla de Puerto Rico.
En aquel tiempo, un indio llamado Guarionex vivía enamorado de Guanina. Guanina era la hermana del cacique supremo, ósea el jefe de todas las tribus de la isla.
Guarionex cada vez que veía a Guanina el corazón le latía a tal magnitud que parecía que se le quería salir del pecho. Cada vez que el la veía le declaraba su amor. Ella no le correspondía porque ella vivía enamorada de un conquistador español llamado Don Cristobal de Sotomayor, alcalde mayor y fundador de un poblado al que había bautizado con su propio apellido.
Guarionex lleno de odio mortal hacia Sotomayor, le gritaba: - ¡Don Cristobal, uno de los dos debe de morir! Tú no mereces vivir porque me robaste el amor de Guanina, y yo no quiero seguir viviendo si me falta su amor.
Los indios ya no podían soportar mas el trato cruel de los españoles. Los indios taínos los habían recibido con amistad y habían celebrado la ceremonia del guatiao ( pacto de fraternidad que sellaban con el intercambio de nombres). Por eso al cacique Agüeybaná también se le llamaba Don Cristobal.
Los españoles haciendo caso omiso al pacto, se repartieron a los indios como siervos. Los explotaban especialmente en los yacimientos de oro. Ya desesperados los indios anhelaban volver a ser libres. Una noche, celebraron un areito (reuniones para celebrar sus fiestas, recordar tradiciones, y tomar decisiones sobre todo cuando era necesario tomar una decisión sobre una guerra). Esa noche Agüeybaná y los taínos decidieron que los españoles tenían que morir para ellos poder ser libres otra vez.
Guarionex quiso el poblado de su enemigo mayor, que era Don Cristobal de Sotomayor. Güarionex no pudo matar a Don Cristobal de Sotomayor porque en ese momento Sotomayor estaba llegando al bohío de Agüeybaná donde Guanina le advirtió que se salvara que los indios se habían revuelto en su contra.
Sotomayor se fue con sus soldados a La Villa de Caparra para ver al Gobernador. Agüeybaná le prestó a Sotomayor a unos Naborías para que lo ayudaran con la carga. Pero en secreto les dijo que cuando empezara el ataque, huyeran con la carga. Guanina no quiso dejar a Sotomayor huir solo y se fue con el.
Los indios tainos los persiguieron y el ataque empezó. Sotomayor peleaba ferozmente con su espada mientras los golpes de las macanas de los indios le iban abriendo profundas heridas. En el momento de mayor peligro, Guanina se interpuso entre Sotomayor y los indios y recibió en su cuerpo la herida mortal que iba dirigida a su amado. En ese momento de distracción de Sotomayor, Agüeybaná aprovechó para traspasarlo con su flecha. Cayó Sotomayor en los brazos de su amada Guanina.
Agüeybaná mandó a que los enterraran juntos, pero que a Sotomayor le dejaron los pies fuera de la tumba para que no pudiera encontrar el camino a la tierra de los muertos.
Poco después los españoles rescataron los cuerpos y los enterraron, uno al lado del otro, al pie de un risco empinado y a la sombra de una enorme ceiba.
Desde entonces, los jíbaros dicen que cuando el viento agita de noche las ramas del árbol frondoso, se oye un murmullo, que no es el rumor de las hojas, y se ven dos luces muy blancas, que no son luces de luciérnagas o cucubano, sino los espíritus de Guanina y Sotomayor que flotan, danzan y se funden, cantando la dicha de estar unidos siempre.
Glosario:
bohío = casas o chozas donde vivían los indios.
Caparra = primera residencia del conquistador, gobernador de Puerto Rico, Juan Ponce de León
cucubano = insecto volador que despide una luz azulada durante la noche
jíbaro = nombre conque se conoce a los campesinos puertorriqueños.
macana = arma defensiva de los indios, hecha de madera más dura de una especie de palma.
Naborias = indios que trabajaban como siervos para un señor, ya éste un cacique o colono español
Taínos = palabra indígena que significa "los buenos" y que da nombre a los indios de las Antillas Mayores.
guatiao = pacto de fraternización que sellaban con nombres
areito = reuniones que hacían los indios para celebrar sus fiestas, recordar tradiciones, tomar decisiones, o declarar guerras.
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Mitos y Leyendas de Puerto Rico
La garita del diablo (Puerto Rico)
GARITA DEL DIABLO - Con un grito de" Alerta" el centinela comenzaba la jornada militar, Esto se efectuaba frecuentemente para no dormirse y atestiguar su vigilancia. Misteriosamente, durante una noche oscura, desapareció un centinela de esta garita, surgiendo así la leyenda de la "Garita del Diablo".
Los habitantes de la isla de Puerto Rico, eran muy propensos a los ataques de piratas. Por tal razón tenían que pasarse la vida vigilando. La ciudad capital estaba rodeada (aún está) por castillos y murallas . Alrededor de las murallas habían, entre trecho y trecho, unas garitas o torresitas donde los soldados hacían su guardia día y noche. Por las noches se sentías las rondas de gritos que los centinelas gritaban para no dormirse.
- ¡Centinela alerta! - le gritaba uno
Y el más cercano respondía:
-¡Alerta está!
Entre todas las garitas, había una, la más distante y solitaria. Estaba sobre un acantilado profundo en el extremo de la bahía. En el silencio de la noche, el ruido del mar producía un rumor como si los malos espíritus estuvieran cuchicheando.
Había un soldado al cual llamaban "Flor de Azahar". El azahar era una flor muy blanca y como el soldado Sánchez tenía la piel blanca como el azahar, le llamaban así. Esa noche le tocó a Sánchez velar en esa garita.
Como de costumbre, los gritos de contraseña de los soldados se escuchaban de trecho en trecho. Pero, al llegar al de el soldado Sánchez, nadie contestaba. Solo se escuchaba el viento silbar y el mar con su rumor.
El miedo se apodera de sus compañeros que pasaron la noche temblando, del solo pensar, que le hubiese pasado a su compañero.
Al salir el sol, todos salieron corriendo hacia la garita a ver que había pasado en la garita, que se había quedado muda durante la noche. Encontraron: el fusil, la cartuchera y el uniforme del soldado Sánchez. El soldado Sánchez, había desaparecido sin dejar rastros.
Los soldados, que eran supersticiosos, comenzaron a decir que un demonio lo había sorprendido y se lo había llevado por los aires.
Desde ese día, a la garita del desaparecido Sánchez, se le conoce como "La Garita del Diablo".
Eso fue lo que creyeron los soldados y el resto de la isla.
Pero la verdad.....esa se las contaré yo, ¿quieren saberla?. Pues aquí les va:
Sánchez (Flor de Azahar) era un soldado andaluz y muy guapo, que pertenecía al Regimiento de Caballería y tocaba una guitarra muy bella.
Diana, una mestiza, muy hermosa, vivía profundamente enamorada de Sánchez. Y Sánchez de ella. Se conformaban con mirarse y hablarse con los ojos. A Sánchez su ordenanza le prohibía acercarse a ella, y a ella, se lo prohibía su madre de crianza que era más estricta que un sargento.
Flor de Azahar (Sánchez) se comunicaba con ella, a través de su guitarra. En las noches la tocaba y cantaba. En el canto le comunicaba a Diana sus mensajes. Una noche le envió un mensaje, el cual solo ella podía comprender, que decía:
"Mañana cuando anochezca, vete a buscar a tu amor, porque lejos de tus brazos, se le muere el corazón." La noche siguiente, Diana se levantó muy calladita y sigilosamente, salió de la casa para buscar a su amor. Cuando se encontraron, en la garita, se fundieron en besos y palabras de amor y decidieron huir lejos y vivir juntos para siempre.
Diana le había llevado un traje civil. El dejó en la garita el fusil, la cartuchera y el uniforme y sin hacer el menor ruido huyeron hacia la sierra y los bosques de Luquillo.
Allí, a escondidas del resto de la isla, construyeron su hogar y vivieron el resto de sus días.
Dicen que aún, en la garita, en las noches se escucha el rasgueo de la guitarra y una risa disuelta en el viento. Queriendo ésto decir que Diana y Flor de Azahar se burlan de los que inventaron la leyenda de la Garita del Diablo.
Los habitantes de la isla de Puerto Rico, eran muy propensos a los ataques de piratas. Por tal razón tenían que pasarse la vida vigilando. La ciudad capital estaba rodeada (aún está) por castillos y murallas . Alrededor de las murallas habían, entre trecho y trecho, unas garitas o torresitas donde los soldados hacían su guardia día y noche. Por las noches se sentías las rondas de gritos que los centinelas gritaban para no dormirse.
Fuente: http://www.proyectosalonhogar.com/
- ¡Centinela alerta! - le gritaba uno
Y el más cercano respondía:
-¡Alerta está!
Entre todas las garitas, había una, la más distante y solitaria. Estaba sobre un acantilado profundo en el extremo de la bahía. En el silencio de la noche, el ruido del mar producía un rumor como si los malos espíritus estuvieran cuchicheando.
Había un soldado al cual llamaban "Flor de Azahar". El azahar era una flor muy blanca y como el soldado Sánchez tenía la piel blanca como el azahar, le llamaban así. Esa noche le tocó a Sánchez velar en esa garita.
Como de costumbre, los gritos de contraseña de los soldados se escuchaban de trecho en trecho. Pero, al llegar al de el soldado Sánchez, nadie contestaba. Solo se escuchaba el viento silbar y el mar con su rumor.
El miedo se apodera de sus compañeros que pasaron la noche temblando, del solo pensar, que le hubiese pasado a su compañero.
Al salir el sol, todos salieron corriendo hacia la garita a ver que había pasado en la garita, que se había quedado muda durante la noche. Encontraron: el fusil, la cartuchera y el uniforme del soldado Sánchez. El soldado Sánchez, había desaparecido sin dejar rastros.
Los soldados, que eran supersticiosos, comenzaron a decir que un demonio lo había sorprendido y se lo había llevado por los aires.
Desde ese día, a la garita del desaparecido Sánchez, se le conoce como "La Garita del Diablo".
Eso fue lo que creyeron los soldados y el resto de la isla.
Pero la verdad.....esa se las contaré yo, ¿quieren saberla?. Pues aquí les va:
Sánchez (Flor de Azahar) era un soldado andaluz y muy guapo, que pertenecía al Regimiento de Caballería y tocaba una guitarra muy bella.
Diana, una mestiza, muy hermosa, vivía profundamente enamorada de Sánchez. Y Sánchez de ella. Se conformaban con mirarse y hablarse con los ojos. A Sánchez su ordenanza le prohibía acercarse a ella, y a ella, se lo prohibía su madre de crianza que era más estricta que un sargento.
Flor de Azahar (Sánchez) se comunicaba con ella, a través de su guitarra. En las noches la tocaba y cantaba. En el canto le comunicaba a Diana sus mensajes. Una noche le envió un mensaje, el cual solo ella podía comprender, que decía:
"Mañana cuando anochezca, vete a buscar a tu amor, porque lejos de tus brazos, se le muere el corazón." La noche siguiente, Diana se levantó muy calladita y sigilosamente, salió de la casa para buscar a su amor. Cuando se encontraron, en la garita, se fundieron en besos y palabras de amor y decidieron huir lejos y vivir juntos para siempre.
Diana le había llevado un traje civil. El dejó en la garita el fusil, la cartuchera y el uniforme y sin hacer el menor ruido huyeron hacia la sierra y los bosques de Luquillo.
Allí, a escondidas del resto de la isla, construyeron su hogar y vivieron el resto de sus días.
Dicen que aún, en la garita, en las noches se escucha el rasgueo de la guitarra y una risa disuelta en el viento. Queriendo ésto decir que Diana y Flor de Azahar se burlan de los que inventaron la leyenda de la Garita del Diablo.
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Mitos y Leyendas de Puerto Rico
viernes, 23 de julio de 2010
Guaraira Repano (Venezuela)
La ciudad de Caracas está enclavada en un hermoso valle al pie de la montaña de El Ávila. En tiempos precolombinos recibía el nombre de Guaraira Repano, que significa algo así como: "la ola que vino de lejos". Los indígenas de la zona contaron que en tiempos antiguos no existía la montaña y que desde el valle se podía ver el mar. Pero un día las tribus ofendieron a la gran diosa del mar y ésta quiso acabar con todo el pueblo. Entonces levantó una gran ola, la más alta que se había visto; toda la gente se arrodilló e imploró perdón a la diosa y, justo cuando la ola iba a caer sobre ellos, la diosa se compadeció y convirtió la ola en la gran montaña que hoy existe.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
Amalivaca y la Creación del Mundo (Venezuela)
En la mitología indígena, Amalivaca fue el creador de la humanidad, del río Orinoco y del viento. En principio hizo a los hombres inmortales pero en castigo a su faltas, los volvió mortales. Se dice que hace muchos años atrás hubo una gran inundación. Amalivaca salió entonces en una canoa a recorrer el mundo y junto con su hermano Vochi fueron reparando los daños del diluvio, después del cual solo había quedado una pareja de humanos vivos. Ellos se fueron a una gran montaña llevando semillas de palma moriche y desde allí las dispersaron lanzándolas hacia el mundo. De estas semillas nacieron los hombres y las mujeres que pueblan el planeta.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
El Silbón (Venezuela)
Se cuenta en los llanos Venezolanos que hace tiempo un joven asesinó a sus padres. Por este crimen atroz está condenado por siempre a cargar un saco con los huesos de sus progenitores y a asustar a la gente silbando una serie de notas características y haciendo sonar los huesos. Nunca se sabe dónde está porque, si su silbido se oye lejos es porque El Silbón está muy cerca y si se oye cerca, el fantasma ya está lejos. Algunos dicen que aquél que escucha el silbido, está oyendo el anuncio de su propia muerte. La narrativa dice que es un hombre alto y delgado que mide como seis metros.
La descripción que presentan quienes lo han visto y escuchado; dicen que es la de un hombre desproporcionado, muy alto, que camina sobresaliendo por encima de la copa de los árboles emite un silbido espeluznante y lleva un costal lleno de huesos que los hace sonar como una matraca de Semana Santa.
La leyenda dice que el Silbón es el ánima en pena de un hijo que mató al papá y le comió la asadura (o sea el hígado, el corazón y el bofe). El muchacho fue criado toñeco (mimado), no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre se fue de cacería para complacerlo pero tardaba en regresar. En vista de esto, el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traía nada, no había podido cazar el venado, lo mato, le sacó las vísceras y se las llevó a su madre para que las cocinara. Como no se ablandaban, la madre sospechó que eran las "asaduras" de su marido. Preguntándole al muchacho, este confesó la verdad.
De inmediato lo maldijo "pa' to' la vida". Su hermano Juan lo persiguió con un "mandador", le sonó una tapara de ají y le azuzó el perro "tureco" que hasta el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones.
En los llanos orientales de Colombia se conoce como el silbador; se dice que es el espanto sin rumbo de un alma en pena de un hombre parrandero y mujeriego que murió solo y abandonado y busca la compañía de alguien que cabalgue a deshoras de la noche por los senderos de esta llanura.
Otros dicen, que persigue a las mujeres en estado de embarazo; este silbador emite un silbido largo y agudo que penetra por los oídos y al mismo tiempo se siente un frío intenso que congela a las personas. Hay la creencia de que cuando silba bien agudo es una mujer que se va a morir; pero si por el contrario el silbido es grueso, es un hombre o un amigo el que muere.
La descripción que presentan quienes lo han visto y escuchado; dicen que es la de un hombre desproporcionado, muy alto, que camina sobresaliendo por encima de la copa de los árboles emite un silbido espeluznante y lleva un costal lleno de huesos que los hace sonar como una matraca de Semana Santa.
La leyenda dice que el Silbón es el ánima en pena de un hijo que mató al papá y le comió la asadura (o sea el hígado, el corazón y el bofe). El muchacho fue criado toñeco (mimado), no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre se fue de cacería para complacerlo pero tardaba en regresar. En vista de esto, el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traía nada, no había podido cazar el venado, lo mato, le sacó las vísceras y se las llevó a su madre para que las cocinara. Como no se ablandaban, la madre sospechó que eran las "asaduras" de su marido. Preguntándole al muchacho, este confesó la verdad.
De inmediato lo maldijo "pa' to' la vida". Su hermano Juan lo persiguió con un "mandador", le sonó una tapara de ají y le azuzó el perro "tureco" que hasta el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones.
En los llanos orientales de Colombia se conoce como el silbador; se dice que es el espanto sin rumbo de un alma en pena de un hombre parrandero y mujeriego que murió solo y abandonado y busca la compañía de alguien que cabalgue a deshoras de la noche por los senderos de esta llanura.
Otros dicen, que persigue a las mujeres en estado de embarazo; este silbador emite un silbido largo y agudo que penetra por los oídos y al mismo tiempo se siente un frío intenso que congela a las personas. Hay la creencia de que cuando silba bien agudo es una mujer que se va a morir; pero si por el contrario el silbido es grueso, es un hombre o un amigo el que muere.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
Florentino, el que cantó con el diablo (Venezuela)
Florentino era el mejor jinete y coplero de los llanos. Una noche, cabalgando solo por la llanura para asistir a un joropo en un pueblo cercano, notó que de lejos lo seguía otro hombre todo vestido de negro que parecía ir a la misma fiesta.
Cuando comenzó el joropo y Florentino se preparó a cantar, el extraño invitado lo desafió a contrapuntear con él. Florentino aceptó y a medida que se cruzaban las coplas, se dio cuenta de que su adversario era el Diablo y que si perdía en el contrapunteo, perdería su alma. Pero su habilidad como improvisador y su fé mantuvieron al Diablo ocupado cantando toda la noche sin que Florentino se rindiera ni equivocara una rima. Al salir el sol, el Diablo tuvo que desaparecer completamente derrotado. Alberto Arvelo Torrealba escribió un poema monumental narrando el contrapunteo entre Florentino y el Diablo.
La confrontación entre Florentino, el más famoso de los cantadores llaneros, y el Diablo, se desarrolla en varias escenas. La primera de ellas corresponde al Reto; en ella, en algún paraje desolado del verano llanero, El Diablo se cruza con Florentino, caballeros ambos, y lo desafía a un contrapunteo en lugar y oportunidad allí señalados.
La segunda nos representa a Florentino en el sitio convenido, cantando y a la espera del retador, quien no tarda en presentarse. De esta manera se inicia de inmediato el contrapunteo tramado con bandola o arpa, cuatro y maracas, al final del cual, El Diablo es derrotado. Algunos dicen que por la salida del sol; otros, por el conjuro de los santos, pero el hecho es que desaparece. La leyenda que recorre los llanos sugiere que, luego del encuentro, Florentino nunca más volvió a cantar.
Para algunos investigadores e historiadores, no es casual que Alberto Arvelo Torrealba haya decidido dar vida a estos personajes en Santa Inés, escenario clave en la historia de Venezuela ya que es el mismo lugar donde el general Ezequiel Zamora ganó la batalla contra el ejército centralista que defendía a la oligarquía venezolana. Santa Inés, lugar donde «El Catire», Florentino, retó a Satanás y salió airoso.
La leyenda de Florentino y el Diablo también fue revivida por Rómulo Gallegos en su novela Cantaclaro. «Florentino, el catire quitapesares, era el mejor de los copleros. Infaltable en todos los joropos y fiestas del Llano, nadie podía derrotarlo en sus contrapunteos. El propio Diablo, envidioso de los triunfos de Florentino, decidió retarlo a un duelo de coplas», escribió Gallegos.
Cuando comenzó el joropo y Florentino se preparó a cantar, el extraño invitado lo desafió a contrapuntear con él. Florentino aceptó y a medida que se cruzaban las coplas, se dio cuenta de que su adversario era el Diablo y que si perdía en el contrapunteo, perdería su alma. Pero su habilidad como improvisador y su fé mantuvieron al Diablo ocupado cantando toda la noche sin que Florentino se rindiera ni equivocara una rima. Al salir el sol, el Diablo tuvo que desaparecer completamente derrotado. Alberto Arvelo Torrealba escribió un poema monumental narrando el contrapunteo entre Florentino y el Diablo.
La confrontación entre Florentino, el más famoso de los cantadores llaneros, y el Diablo, se desarrolla en varias escenas. La primera de ellas corresponde al Reto; en ella, en algún paraje desolado del verano llanero, El Diablo se cruza con Florentino, caballeros ambos, y lo desafía a un contrapunteo en lugar y oportunidad allí señalados.
La segunda nos representa a Florentino en el sitio convenido, cantando y a la espera del retador, quien no tarda en presentarse. De esta manera se inicia de inmediato el contrapunteo tramado con bandola o arpa, cuatro y maracas, al final del cual, El Diablo es derrotado. Algunos dicen que por la salida del sol; otros, por el conjuro de los santos, pero el hecho es que desaparece. La leyenda que recorre los llanos sugiere que, luego del encuentro, Florentino nunca más volvió a cantar.
Para algunos investigadores e historiadores, no es casual que Alberto Arvelo Torrealba haya decidido dar vida a estos personajes en Santa Inés, escenario clave en la historia de Venezuela ya que es el mismo lugar donde el general Ezequiel Zamora ganó la batalla contra el ejército centralista que defendía a la oligarquía venezolana. Santa Inés, lugar donde «El Catire», Florentino, retó a Satanás y salió airoso.
La leyenda de Florentino y el Diablo también fue revivida por Rómulo Gallegos en su novela Cantaclaro. «Florentino, el catire quitapesares, era el mejor de los copleros. Infaltable en todos los joropos y fiestas del Llano, nadie podía derrotarlo en sus contrapunteos. El propio Diablo, envidioso de los triunfos de Florentino, decidió retarlo a un duelo de coplas», escribió Gallegos.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
María Lionza (Venezuela)
Según la leyenda, Maria Lionza (Yara) fue una doncella Nívar, hija encantada de un poderoso cacique de Nirgua. El Chamán de la aldea había predicho que cuando naciera una niña de ojos extraños, ojos color verde agua, había que sacrificarla y ofrendarla al Dueño de Agua, al Gran Anaconda por que si no vendría la ruina perpetúa y la extinción de los Nívar. Pero su padre fue incapaz de hacerlo. Y escondió a la niña en una cueva de la montaña, con 22 guerreros que la vigilaban e impedían su salida. Ella tenía prohibido verse en los espejos de agua. Pero un día una fuerza misteriosa adormeció a los guardianes y la bella joven salio de la cueva y camino hasta el lago, descubriendo su propio reflejo en el agua. Ella estaba encantada con su visión. Así despertó al Dueño de Agua al Gran Anaconda, quien emergió de las profundidades, enamorándose de ella y atrayéndola hacia si. En el lago Maria Lionza y la poderosa serpiente celebraron una comunión espiritual y mística. cuando su padre descubrió la unión, intento separarlos. Entonces la Anaconda creció se hizo enorme y estallo provocando una gran inundación que arrasó con la aldea y su gente. Desde ese día Maria Lionza se volvió la Diosa protectora y dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre protectora de la naturaleza, animales silvestres y reina del amor. El mito de Yara sobrevivió a la conquista española, aunque sufrió algunas modificaciones. En este sentido, Yara fue cubierta por la religión católica con el manto de la virgen cristiana y tomó el nombre de Nuestra Señora María de la Onza del Prado de Talavera de Nivar. Sin embargo, con el paso del tiempo, sería conocida como María de la Onza, o sea, María Lionza.
El culto a María Lionza cobró una gran fuerza en la década 50 del siglo XX, durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, quien mandó que se erigiera en el año de 1953 en la autopista del este, cerca de la entrada de la Universidad Central de Venezuela, una estatua de ella montada en una danta, obra del escultor Alejandro Colina, la cual se desplomo a causa de falta de mantenimiento, siendo sustituida por una replica, mientras la verdadera esta siendo reparada por la UCV.
La imagen de María Lionza es la de una dama vestida con un manto azul, con plumas de colores y joyas; sentada en enormes serpientes. Cuando se pasea por la selva de Nirgua o Chivacoa, marcha en una danta, que es invulnerable a todas las armas y oraciones cristianas. Tiene la facultad de petrificar a los tacaños, a los ladrones y bandidos.
Diosa de la montaña de Sorte, en Yaracuy. Es conocida también como “La Reina”. Hay muchas versiones de su origen pero la más aceptada es que era de la etnia caquetía, hija mestiza de un cacique. Como nació con ojos claros, lo cual se consideraba mal presagio, su padre la escondió en una cueva de la montaña. La visitaba a diario para alimentarla y un día vio una danta (tapir) que le llevaba frutos silvestres a la niña y la llevaba en su lomo.
La niña creció con el nombre de María y la gente la visitaba buscando curación para sus enfermedades porque conocía los poderes de las plantas. Se le veía por la selva cabalgando sobre la danta y esta imagen creció en la fe popular, convirtiéndose en una deidad protectora de los bosques y sanadora de las personas. Se le llamó María La Onza porque también la acompañaba una onza o puma.
Actualmente es objeto de culto en la montaña de Sorte, Estado Yaracuy, convertido en santuario por los adeptos.
El culto a María Lionza cobró una gran fuerza en la década 50 del siglo XX, durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, quien mandó que se erigiera en el año de 1953 en la autopista del este, cerca de la entrada de la Universidad Central de Venezuela, una estatua de ella montada en una danta, obra del escultor Alejandro Colina, la cual se desplomo a causa de falta de mantenimiento, siendo sustituida por una replica, mientras la verdadera esta siendo reparada por la UCV.
La imagen de María Lionza es la de una dama vestida con un manto azul, con plumas de colores y joyas; sentada en enormes serpientes. Cuando se pasea por la selva de Nirgua o Chivacoa, marcha en una danta, que es invulnerable a todas las armas y oraciones cristianas. Tiene la facultad de petrificar a los tacaños, a los ladrones y bandidos.
Diosa de la montaña de Sorte, en Yaracuy. Es conocida también como “La Reina”. Hay muchas versiones de su origen pero la más aceptada es que era de la etnia caquetía, hija mestiza de un cacique. Como nació con ojos claros, lo cual se consideraba mal presagio, su padre la escondió en una cueva de la montaña. La visitaba a diario para alimentarla y un día vio una danta (tapir) que le llevaba frutos silvestres a la niña y la llevaba en su lomo.
La niña creció con el nombre de María y la gente la visitaba buscando curación para sus enfermedades porque conocía los poderes de las plantas. Se le veía por la selva cabalgando sobre la danta y esta imagen creció en la fe popular, convirtiéndose en una deidad protectora de los bosques y sanadora de las personas. Se le llamó María La Onza porque también la acompañaba una onza o puma.
Actualmente es objeto de culto en la montaña de Sorte, Estado Yaracuy, convertido en santuario por los adeptos.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
El reloj de GUIGUE 'GÜIGÜE' (Venezuela)
En la Plaza Ávila de la población de Güigüe, perteneciente al municipio Carlos Arvelo en el Estado Carabobo se encuentra un antiguo reloj, genuino y auténtico monumento, como los relojes públicos de Caracas, traídos durante los gobiernos del General Antonio Guzmán Blanco y Joaquín Crespo.
Este reloj de Güigüe era utilizado para medir el tiempo a las personas que recogían café de la producción sureña de Copetón, Santa Efigenia, Altamira y las Palmas. Muchos lugares aseguran que este reloj fue testigo de las vivencias de Don Antonio Pimentel y el General Juan Vicente Gómez, durante sus estadía en la Hacienda el Trompillo, una de sus tantas propiedades; al morir el General Gómez, el reloj fue trasladado a la plaza Ávila de Güigüe totalmente descompuesto, allí fue reparado y marcaba las horas parroquiales del pueblo; hay quienes dicen que la persona que lo reparó murió a los pocos días, luego un hombre de origen italiano de nombre Salvador Consoli, fue operario de dicho reloj y cuando abandonó este oficio y se marchó para su tierra natal, a los pocos días dejó de existir, después un señor de nombre Andrés Mijares, a quien llamaban “Chipia” murió luego de reparar el reloj. El casó más reciente de los operarios del reloj fue el conocido maestro de esa localidad, Juan Lorenzo, quien se atrevió a poner a funcionar el reloj y al poco tiempo murió en Valencia.
Desde entonces se corrió la leyenda en toda la región central de Venezuela, de que quien repare “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida.
Este reloj de Güigüe era utilizado para medir el tiempo a las personas que recogían café de la producción sureña de Copetón, Santa Efigenia, Altamira y las Palmas. Muchos lugares aseguran que este reloj fue testigo de las vivencias de Don Antonio Pimentel y el General Juan Vicente Gómez, durante sus estadía en la Hacienda el Trompillo, una de sus tantas propiedades; al morir el General Gómez, el reloj fue trasladado a la plaza Ávila de Güigüe totalmente descompuesto, allí fue reparado y marcaba las horas parroquiales del pueblo; hay quienes dicen que la persona que lo reparó murió a los pocos días, luego un hombre de origen italiano de nombre Salvador Consoli, fue operario de dicho reloj y cuando abandonó este oficio y se marchó para su tierra natal, a los pocos días dejó de existir, después un señor de nombre Andrés Mijares, a quien llamaban “Chipia” murió luego de reparar el reloj. El casó más reciente de los operarios del reloj fue el conocido maestro de esa localidad, Juan Lorenzo, quien se atrevió a poner a funcionar el reloj y al poco tiempo murió en Valencia.
Desde entonces se corrió la leyenda en toda la región central de Venezuela, de que quien repare “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
La llorona (Venezuela)
El desgarrador llanto de esta aparición perturba las sabanas venezolanas. Está condenada a pasar todas las noches penando por sus hijos, a los que mató por error.
Esta mujer supo que su esposo la engañaba con su propia madre. En venganza, la encerró en la casa y le prendió fuego, sin darse cuenta de que sus hijos también estaban dentro. Desde entonces vaga persiguiendo hombres. Para quien la encuentra, ella se convierte en presagio de un destino terrible.
Esta mujer supo que su esposo la engañaba con su propia madre. En venganza, la encerró en la casa y le prendió fuego, sin darse cuenta de que sus hijos también estaban dentro. Desde entonces vaga persiguiendo hombres. Para quien la encuentra, ella se convierte en presagio de un destino terrible.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
La loca Luz Caraballo (Venezuela)
Muchos habrán oído la historia de la loca Luz Caraballo en voces de niños andinos, la proeza está en entender lo que sus veloces lenguas pronuncian. Cuentan de una mujer enloquecida por perder a sus cinco hijos. Se dice que dos de ellos partieron a la guerra junto a Simón Bolívar, los que, según la leyenda, “se fueron detras de un hombre a caballo”
Desde entonces, esta mujer enloquecida permanece penando por todo el páramo, de Chachopo a Apartaderos, buscando a los hijos que perdió.
Desde entonces, esta mujer enloquecida permanece penando por todo el páramo, de Chachopo a Apartaderos, buscando a los hijos que perdió.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
El doctor “Kanoche” (Venezuela)
Su verdadero nombre era Gottfried Knoche y se le adjudica la creación de un líquido con el que momificaba cadáveres, inyectándolo en la vena yugular. Fue un médico alemán que vivió entre momias, en una hacienda en las laderas del Ávila, custodiada por cadáveres de la Guerra Federal. Al lado de la que fuera su casa, se encuentra un mausoleo donde descansaron los cuerpos embalsamados de Knoche, su esposa, sus hijas y sus asistentes.
Los vecinos de Galipán aseguran que aún se escuchan los pasos del galeno alemán, y que continúa entre ellos la presencia de las momias que custodiaban su hacienda. De ellas, la más famosa fue “el muerto que se negaba a morir”. Se dice que uno de los cadáveres que Knoche subió a lomo de caballo se zafó de las ataduras y rodó montaña abajo, desapareciendo por completo.
Los vecinos de Galipán aseguran que aún se escuchan los pasos del galeno alemán, y que continúa entre ellos la presencia de las momias que custodiaban su hacienda. De ellas, la más famosa fue “el muerto que se negaba a morir”. Se dice que uno de los cadáveres que Knoche subió a lomo de caballo se zafó de las ataduras y rodó montaña abajo, desapareciendo por completo.
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Mitos y Leyendas de Venezuela
La mujer mula (Venezuela)
Por el año 1815, la gente de la época presenció cómo una mujer se convirtió en mula de la cintura para arriba después de que le negara un plato de comida a su madre. El fenómeno ocurrió en su pequeño restaurant, donde llegó la anciana a pedir. Después de que su propia hija la botara, ella se encontró a un señor que le dio una moneda con una cruz de San Andrés sobre el sello. El hombre le dijo que volviera al restaurant, comprara una comida con esta moneda y, al darle su hija el vuelto le dijera: “quédate con eso pa’ que compres malojo”.
Después de seguir las instrucciones del desconocido, la hija de la señora sufrió la transformación delante de los que allí se encontraban, comenzo a lanzar coces y a relinchar, hasta que se fue del lugar. Después de ese día, la mujer mula aparece rezando en la iglesia de Las Mercedes, cubriendo su castigo con un gran manto blanco.
Después de seguir las instrucciones del desconocido, la hija de la señora sufrió la transformación delante de los que allí se encontraban, comenzo a lanzar coces y a relinchar, hasta que se fue del lugar. Después de ese día, la mujer mula aparece rezando en la iglesia de Las Mercedes, cubriendo su castigo con un gran manto blanco.
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La sayona (Venezuela)
Es un fantasma con la figura de una mujer elegante ,alta y muy hermosa de larga cabellera. Le dicen La Sayona porque se cubre con una túnica o saya larga. Esta aparición viene asustando a los trasnochados desde el siglo XIX y dicen que se aparece a los bebedores, trasnochadores y adúlteros. Deja que la admiren pero cuando tratan de enamorarla, ella entonces sonríe, mostrando unos colmillos largos y puntiagudos y luego desaparece, dejando aterrorizados a los pobres pecadores.
Considerada como una señal castigadora de los hombres infieles.
La Sayona es un relato originario de los llanos Venezolanos y data de la época colonial. Se trata de la historia de una mujer muy celosa que mató a su marido y su mamá, pensando que éstos tenían un romance.
Su mamá, en la agonía de muerte, la maldijo diciéndole: “Sayona serás para siempre y en nombre de Dios, que así sea”. Desde ese entonces vaga sin descanso ni paz, persiguiendo a los hombres infieles para conquistarlos y luego matarlos.
Entre las muchas historias que se cuentan en los llanos venezolanos se encuentra la siguiente:
Una noche un hombre se escapó para encontrarse con su amante, en medio del camino se sorprendió al ver que ella venía a su encuentro, aunque le extrañaba su caminar tambaleante. Corrió detrás de ella, pero al llegar a su casa la mujer siguió de largo.
El hombre desconcertado le dijo: Pero bueno, ¿Qué pasa? Cuando volteó, se encontró con una mujer blanca con cara de muerte, dientes afilados como hachas y unas enormes uñas como garras. Salió corriendo hacia su casa y el ánima lo persiguió con los brazos abiertos para estrecharlo.
El hombre logró escapar y al llegar a su casa, se encontró con su suegra despierta, quien al verlo tan agitado le preguntó:
Mijo ¿Y a ti qué te pasó?
¡Qué buen susto me llevé! Salí un momentico a orinar y me salió esa mujer…
¡Ay mijito, tú como que le estás montando los cuernos a mi hija! Déjese de eso, yo que se lo digo…
El hombre asegura que tras esa experiencia no le quedaron mas ganas de volver a engañar a su mujer.
Por lo tanto, es mejor que aquellos hombres que disfrutan engañando a su pareja, se lo piensen bien antes que se le aparezca LA SAYONA que tiene la particularidad de desdoblarse, es decir, puede aparecer como un perro o un lobo.
Considerada como una señal castigadora de los hombres infieles.
La Sayona es un relato originario de los llanos Venezolanos y data de la época colonial. Se trata de la historia de una mujer muy celosa que mató a su marido y su mamá, pensando que éstos tenían un romance.
Su mamá, en la agonía de muerte, la maldijo diciéndole: “Sayona serás para siempre y en nombre de Dios, que así sea”. Desde ese entonces vaga sin descanso ni paz, persiguiendo a los hombres infieles para conquistarlos y luego matarlos.
Entre las muchas historias que se cuentan en los llanos venezolanos se encuentra la siguiente:
Una noche un hombre se escapó para encontrarse con su amante, en medio del camino se sorprendió al ver que ella venía a su encuentro, aunque le extrañaba su caminar tambaleante. Corrió detrás de ella, pero al llegar a su casa la mujer siguió de largo.
El hombre desconcertado le dijo: Pero bueno, ¿Qué pasa? Cuando volteó, se encontró con una mujer blanca con cara de muerte, dientes afilados como hachas y unas enormes uñas como garras. Salió corriendo hacia su casa y el ánima lo persiguió con los brazos abiertos para estrecharlo.
El hombre logró escapar y al llegar a su casa, se encontró con su suegra despierta, quien al verlo tan agitado le preguntó:
Mijo ¿Y a ti qué te pasó?
¡Qué buen susto me llevé! Salí un momentico a orinar y me salió esa mujer…
¡Ay mijito, tú como que le estás montando los cuernos a mi hija! Déjese de eso, yo que se lo digo…
El hombre asegura que tras esa experiencia no le quedaron mas ganas de volver a engañar a su mujer.
Por lo tanto, es mejor que aquellos hombres que disfrutan engañando a su pareja, se lo piensen bien antes que se le aparezca LA SAYONA que tiene la particularidad de desdoblarse, es decir, puede aparecer como un perro o un lobo.
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miércoles, 14 de julio de 2010
LOS INDIOS DE LAS AGUAS (República Dominicana)
Los indios es el nombre mítico que se da a seres fabulosos que habitan en cuevas sumergidas de ríos y lagos, y en el interior de las cavernas de las montanas. Este mito según algunos historiadores, no es mas que el concepto desnaturalizado de nuestros aborígenes. Otros consideran que proviene de la leyenda indígena de un ídolo llamado Opiyelguobiran, "que se escapo y se fue a una laguna y nunca mas lo volvieron a ver", y que se ha ido transformando como elemento de retención taina en las tradiciones orales.
Lo que se afirma es que los indios son hermosos, las mujeres sobre todo, pues estas tienen la piel canela, unos ojos negros muy grandes, un cuerpo de formas perfectas y unos larguísimos cabellos negros. Para muchos son seres inofensivos y generosos; sabios de la ciencia medicinal de las yerbas y los minerales, y sobre todo poseedores de una magia antigua y poderosa.
Otros dicen que son peligrosos y temen bañarse en las aguas profundas y poco conocidas. En muchas regiones, las historias sobre los "Charcos de los indios" se cuentan para alejar a los niños que a escondidas se van a bañar al río. Les aseguran que en ocasiones estos seres se enfurecen, que desatan terribles embrujos que recaen incluso sobre el lugar, y que se los pueden llevar.
De las indias se dice que salen de las aguas en las noches de plenilunio a destrenzar sus largas cabelleras con peines de oro. Otras salen a buscar a los hombres que merodean por el lugar, y se los llevan hasta sus cavernas para no regresarlos jamás.
Los indios ocupan un lugar importante en el panteón de los dioses de la religiosidad popular. En la magia vuduista dominicana, los indios conforman la "División Indígena", y los brujos y adivinos los invocan ante los altares adornados con copas rebosadas de agua, y algunas replicas de cemies tainos. "Han visto a un santo indio de cuatro patas, salir de su caverna todas las noches a bañarse en el río" -dicen en algunos campos.
Lo que se afirma es que los indios son hermosos, las mujeres sobre todo, pues estas tienen la piel canela, unos ojos negros muy grandes, un cuerpo de formas perfectas y unos larguísimos cabellos negros. Para muchos son seres inofensivos y generosos; sabios de la ciencia medicinal de las yerbas y los minerales, y sobre todo poseedores de una magia antigua y poderosa.
Otros dicen que son peligrosos y temen bañarse en las aguas profundas y poco conocidas. En muchas regiones, las historias sobre los "Charcos de los indios" se cuentan para alejar a los niños que a escondidas se van a bañar al río. Les aseguran que en ocasiones estos seres se enfurecen, que desatan terribles embrujos que recaen incluso sobre el lugar, y que se los pueden llevar.
De las indias se dice que salen de las aguas en las noches de plenilunio a destrenzar sus largas cabelleras con peines de oro. Otras salen a buscar a los hombres que merodean por el lugar, y se los llevan hasta sus cavernas para no regresarlos jamás.
Los indios ocupan un lugar importante en el panteón de los dioses de la religiosidad popular. En la magia vuduista dominicana, los indios conforman la "División Indígena", y los brujos y adivinos los invocan ante los altares adornados con copas rebosadas de agua, y algunas replicas de cemies tainos. "Han visto a un santo indio de cuatro patas, salir de su caverna todas las noches a bañarse en el río" -dicen en algunos campos.
Fuente: http://www.elmasacre.com/
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LA JUPIA (República Dominicana)
Las opias eran para los indios las animas de los hombres muertos; una
especie de espíritus femeninos del aire que hacían aparición incorporal
durante las noches. Junto a esta entidad, aparece en la leyenda indígena
el operito, fantasma nocturno con forma humana, que era conocido porque al
no ser engendro natural de útero humano carecía de ombligo. Hoy la
leyenda indígena es recordada por los campesinos en la aparición de la
Jupia, mujer fantasmal que ronda por los montes oscuros en las noches
silenciosas y profundas de los campos...
especie de espíritus femeninos del aire que hacían aparición incorporal
durante las noches. Junto a esta entidad, aparece en la leyenda indígena
el operito, fantasma nocturno con forma humana, que era conocido porque al
no ser engendro natural de útero humano carecía de ombligo. Hoy la
leyenda indígena es recordada por los campesinos en la aparición de la
Jupia, mujer fantasmal que ronda por los montes oscuros en las noches
silenciosas y profundas de los campos...
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EL COMEGENTE (República Dominicana)
Cuentan las crónicas dominicanas, que a finales del siglo XVIII, existió un sanguinario asesino a quien por la índole de sus crímenes, sospecharon antropófago y sobrenombraron el Comegente. Se describe este hombre como "negro, que parece indio; el pelo como los demás negros pero muy largo; de estatura menor que lo regular, bien proporcionado en todos sus miembros, y tiene de particular los pies demasiado pequeños".
Durante mucho tiempo, las atrocidades que cometía el Comegente aterrorizaron a la población, y se urdieron en torno a el las mas oscuras especulaciones. Se dijo que había ido a Haití, donde aprendió la hechicería; que podía estar en muchas partes a la vez; que recorría largos caminos en una sola noche valiéndose de medios sobrenaturales. La gente aseguraba que mataba a sus victimas con una especie de garrocha, y afirmaba que no se podía atrapar pues en cuanto sus pies tocaban un río o arroyuelo, desaparecía en el aire dejando un olor nauseabundo tras de si.
Lo cierto fue -de acuerdo a las crónicas- que el aborrecible asesino, tras muchas noches de búsqueda por las comarcas, finalmente se atrapo. Atribuyen la hazaña a un campesino conocido como "seno Antonio", quien el día de San Antonio, haciendo uso de un "bejuco de brujas" , ato al Comegente y lo trajo a la capital donde se condeno a muerte y se ejecuto sin que quedaran registrados históricamente los detalles criminológicos del proceso. En nuestros días, el Comegente es un ser legendario. Se afirma todavía que deambula por los caminos con su garrocha...
Durante mucho tiempo, las atrocidades que cometía el Comegente aterrorizaron a la población, y se urdieron en torno a el las mas oscuras especulaciones. Se dijo que había ido a Haití, donde aprendió la hechicería; que podía estar en muchas partes a la vez; que recorría largos caminos en una sola noche valiéndose de medios sobrenaturales. La gente aseguraba que mataba a sus victimas con una especie de garrocha, y afirmaba que no se podía atrapar pues en cuanto sus pies tocaban un río o arroyuelo, desaparecía en el aire dejando un olor nauseabundo tras de si.
Lo cierto fue -de acuerdo a las crónicas- que el aborrecible asesino, tras muchas noches de búsqueda por las comarcas, finalmente se atrapo. Atribuyen la hazaña a un campesino conocido como "seno Antonio", quien el día de San Antonio, haciendo uso de un "bejuco de brujas" , ato al Comegente y lo trajo a la capital donde se condeno a muerte y se ejecuto sin que quedaran registrados históricamente los detalles criminológicos del proceso. En nuestros días, el Comegente es un ser legendario. Se afirma todavía que deambula por los caminos con su garrocha...
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EL GALIPOTE (República Dominicana)
El Galipote ~ El Lugaru ~ El Zangano
La tradición mágica que cuenta del poder de hombres que pueden convertirse en animales, se materializa en nuestras leyendas en la figura del galipote. No obstante, también se llama galipote a aquel hombre que se convierte en objetos inanimados, como troncos de árboles y piedras, a aquel que transfiere su conciencia a un animal, y al que por poderes mágicos han convertido en un animal para diversos fines.
Según la creencia los galipotes son crueles y violentos, de una fuerza tremenda y de una inmunidad increíble a las armas. Otras leyendas aseguran que a estas criaturas solo les gusta hacer maldades a la gente, tales como impedir el paso a caminantes nocturnos, extraviarles el camino o espantarlos en las zonas oscuras. No pocos parajes del país son tenidos como lugares de galipotes, y cuando es menester atravesarlos el viajero se vale de conjuros y amuletos para ahuyentar a estos seres. El galipote que se convierte en perro se denomina lugaru. Este vocablo proviene del francés loup-garou, que designa al legendario hombre lobo o lobizón de la leyenda licantrópica universal.
Nuestro lugaru es una herencia de la tradición mágica europea con algunos elementos africanos, y como no hay lobos en el caribe, es el perro el que la encarna. Por otro lado, el galipote que camina dando zancadas de gran altura o vuela convertido en ave nocturna, se denomina zangano o zancu. Se cuenta que este ser succiona la sangre de los niños durante las noches y es vinculado a supuestas actividades sexuales con infantes. Dicen que también puede hacerse invisible. Los conocedores de estos seres, sostienen que solo son inmunes a la rama de un árbol llamado popularmente "palo de cruz", que tiene que ser cortada un Viernes Santo. Otros dicen que es menester utilizar un arma blanca que haya sido bendecida con agua y sal, o utilizando la magia atribuida al perro cinqueno.
La tradición mágica que cuenta del poder de hombres que pueden convertirse en animales, se materializa en nuestras leyendas en la figura del galipote. No obstante, también se llama galipote a aquel hombre que se convierte en objetos inanimados, como troncos de árboles y piedras, a aquel que transfiere su conciencia a un animal, y al que por poderes mágicos han convertido en un animal para diversos fines.
Según la creencia los galipotes son crueles y violentos, de una fuerza tremenda y de una inmunidad increíble a las armas. Otras leyendas aseguran que a estas criaturas solo les gusta hacer maldades a la gente, tales como impedir el paso a caminantes nocturnos, extraviarles el camino o espantarlos en las zonas oscuras. No pocos parajes del país son tenidos como lugares de galipotes, y cuando es menester atravesarlos el viajero se vale de conjuros y amuletos para ahuyentar a estos seres. El galipote que se convierte en perro se denomina lugaru. Este vocablo proviene del francés loup-garou, que designa al legendario hombre lobo o lobizón de la leyenda licantrópica universal.
Nuestro lugaru es una herencia de la tradición mágica europea con algunos elementos africanos, y como no hay lobos en el caribe, es el perro el que la encarna. Por otro lado, el galipote que camina dando zancadas de gran altura o vuela convertido en ave nocturna, se denomina zangano o zancu. Se cuenta que este ser succiona la sangre de los niños durante las noches y es vinculado a supuestas actividades sexuales con infantes. Dicen que también puede hacerse invisible. Los conocedores de estos seres, sostienen que solo son inmunes a la rama de un árbol llamado popularmente "palo de cruz", que tiene que ser cortada un Viernes Santo. Otros dicen que es menester utilizar un arma blanca que haya sido bendecida con agua y sal, o utilizando la magia atribuida al perro cinqueno.
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LA CIGUAPA (República Dominicana)
Las ciguapas son extrañas mujeres salvajes que habitan en las montanas y poseen poder mágico. Son de tez morena, de ojos negros y rasgados, de pelo suave y lustroso, tan largo que es la única vestimenta de su cuerpo a la intemperie. En algunas regiones los campesinos dicen que son diminutas y de cuerpo desproporcionado; otros que tienen las piernas largas y delgadas; algunos afirman que son velludas y unos pocos que están bellamente emplumadas.
Todos sostienen sin embargo que tienen el rostro hermoso y que son muy ariscas. Quizás las ciguapas mas que bellas y ariscas, sean tristes, pues tienen los pies al revés y dejan huellas contrarias al rumbo de su destino... Estas criaturas son esencialmente nocturnas o prefieren las zonas oscuras de los bosques; cuando salen lo hacen en busca de frutas, peces o aves con los cuales se alimentan.
Nunca se ha oído hablar a las ciguapas; afirman que emite aullidos e hipidos cuando corren por los campos, y cuando saltan o duermen entre las ramas de los árboles. Cuentan que las ciguapas tienen un corazón cazador, y que salen por las noches de las serranías en busca de algún caminante nocturno al que embruja , ama y luego mata. Al decir de las leyendas las ciguapas tienen malas costumbres; estas salen de sus moradas a robar manteca y carne cruda de las cocinas, aunque afirman que les gusta el maíz y otros granos que se siembran en los conucos.
En algunas regiones han visto a las ciguapas cabalgar por las madrugadas en los llanos de las montanas, y las han descubierto haciendo trenzas en las crines y las colas de los caballos. Se dice que una ciguapa se atrapa un día de luna creciente con un perro jíbaro y cinqueño. No obstante, se añade que es preferible dejarlas en paz, pues es tan grande el dolor que sienten en cautiverio, que al final mueren de pena. Alguna vez se escucho la leyenda de un ser de los bosques llamado ciguapo. Era este un gallo vuelto de espaldas, con el lomo emplumado y el pecho con senos de mujer. Cuentan que su grito se asemeja al llanto de un niño, y que esperan terribles infortunios a la persona que se atreve a matar a una de estas aves. Si usted ve a una ciguapa, nunca la mire a los ojos para que no le embruje con su poder...
Todos sostienen sin embargo que tienen el rostro hermoso y que son muy ariscas. Quizás las ciguapas mas que bellas y ariscas, sean tristes, pues tienen los pies al revés y dejan huellas contrarias al rumbo de su destino... Estas criaturas son esencialmente nocturnas o prefieren las zonas oscuras de los bosques; cuando salen lo hacen en busca de frutas, peces o aves con los cuales se alimentan.
Nunca se ha oído hablar a las ciguapas; afirman que emite aullidos e hipidos cuando corren por los campos, y cuando saltan o duermen entre las ramas de los árboles. Cuentan que las ciguapas tienen un corazón cazador, y que salen por las noches de las serranías en busca de algún caminante nocturno al que embruja , ama y luego mata. Al decir de las leyendas las ciguapas tienen malas costumbres; estas salen de sus moradas a robar manteca y carne cruda de las cocinas, aunque afirman que les gusta el maíz y otros granos que se siembran en los conucos.
En algunas regiones han visto a las ciguapas cabalgar por las madrugadas en los llanos de las montanas, y las han descubierto haciendo trenzas en las crines y las colas de los caballos. Se dice que una ciguapa se atrapa un día de luna creciente con un perro jíbaro y cinqueño. No obstante, se añade que es preferible dejarlas en paz, pues es tan grande el dolor que sienten en cautiverio, que al final mueren de pena. Alguna vez se escucho la leyenda de un ser de los bosques llamado ciguapo. Era este un gallo vuelto de espaldas, con el lomo emplumado y el pecho con senos de mujer. Cuentan que su grito se asemeja al llanto de un niño, y que esperan terribles infortunios a la persona que se atreve a matar a una de estas aves. Si usted ve a una ciguapa, nunca la mire a los ojos para que no le embruje con su poder...
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BACÁ (República Dominicana)
según las creencias de quienes admiten su existencia, es un ser exigentes que requiere de quien lo posee enormes sacrificios consistentes hasta en personas de la familia, por eso, la enfermedad o muerte de un miembro de la familia a quien se le atribuye la posesión de tal ente, es siempre considerada como obra de este y no por la disposición de quien lo regula en el mundo.
Antolín El Cibaeño, un amigo que conocí en La Maguana hace mucho tiempo recibió de María Francisca el regalo de dos gatos negros, para el cuidado de su almacén no hace muchos años, cuyos animales crecieron muy hermosos gracias al cuidado que se les dio, pero resulta que un día un campesino se aventura a pasar a un apartamento contiguo a la tienda del Señor Antolín y se encuentra que sobre la mesa está sentado uno de los gatos relamiéndose su pata, dando eso lugar a que el campesino saliera del lugar muerto de miedo para decirle a un compañero que le esperaba fuera, ! Compadre, me he salvado de casualidad, ese hombre tiene un pichón!
Se refería a un Bacá que tenía el Señor Antolín en su casa para que le prosperara el negocio, y ese hombre debe estar pensando que estuvo en lo cierto al ver que Don Antolín, al dejar el comercio, se dedicó a la ganadería con relativo éxito y que un año después se suicidó ahorcándose de un árbol.
Antolín El Cibaeño, un amigo que conocí en La Maguana hace mucho tiempo recibió de María Francisca el regalo de dos gatos negros, para el cuidado de su almacén no hace muchos años, cuyos animales crecieron muy hermosos gracias al cuidado que se les dio, pero resulta que un día un campesino se aventura a pasar a un apartamento contiguo a la tienda del Señor Antolín y se encuentra que sobre la mesa está sentado uno de los gatos relamiéndose su pata, dando eso lugar a que el campesino saliera del lugar muerto de miedo para decirle a un compañero que le esperaba fuera, ! Compadre, me he salvado de casualidad, ese hombre tiene un pichón!
Se refería a un Bacá que tenía el Señor Antolín en su casa para que le prosperara el negocio, y ese hombre debe estar pensando que estuvo en lo cierto al ver que Don Antolín, al dejar el comercio, se dedicó a la ganadería con relativo éxito y que un año después se suicidó ahorcándose de un árbol.
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BRUJAS (República Dominicana)
La leyenda de las brujas en la República Dominicana es una herencia de Europa, que aun conserva los ecos de las creencias medievales de viejo cuño. Nuestras brujas son seres de la noche, mujeres de aspecto envejecido y tétrico, de alma perversa. Como en la vieja tradición, las brujas vuelan en escobas, aunque aqui prefieren convertirse en aves de buen tamaño y revolotear sobre las casas, emitiendo graznidos espantosos.
Aseguran, que las brujas se quitan la piel antes de volar, que la ponen en remojo en una tinaja, y que luegon alzan el vuelo diciendo ¡Sin Dios ni Santa Maria! para acceder a las fuerzas mas oscuras. Cuenta la gente que cuando vuelan, emiten risas y cantos incomprensibles, cuando no resoplan al viento un claro fo-fo-fo, que utilizan también para ahuyentar a los que las descubren.
Dicen los campesinos que cuando las brujas no vuelan por las noches, descansan bajo las matas de platano de los conucos. Las brujas succionan la sangre de los niños, y la extraen directamente del ombligo o del dedo gordo del pie, a traves del peciolo hueco de una hoja de higuereta Ricinus comunis, o del de una hoja de lechoza, Papaya carica.
Se cree que las brujas no atacan a los hijos de sus compadres, ni a los mellizos o gemelos. En todas las comunidades rurales hay historias de brujas que fueron descubiertas en pleno vuelo. El proceso de atrapar a una bruja se conoce como "tumbar a una bruja", y los "tumbadores" son personas con cierto poder, que conocen las oraciones y los rituales especiales para este fin. Dicen que cuando se atrapa a una bruja hay que esperar el amanecer, pues cuando sale el sol el encantamiento se rompe y se puede descubrir la identidad de la maligna mujer. Aseguran que cuando llueve y hace sol, en algun lugar escondido se esta casando una bruja...
Aseguran, que las brujas se quitan la piel antes de volar, que la ponen en remojo en una tinaja, y que luegon alzan el vuelo diciendo ¡Sin Dios ni Santa Maria! para acceder a las fuerzas mas oscuras. Cuenta la gente que cuando vuelan, emiten risas y cantos incomprensibles, cuando no resoplan al viento un claro fo-fo-fo, que utilizan también para ahuyentar a los que las descubren.
Dicen los campesinos que cuando las brujas no vuelan por las noches, descansan bajo las matas de platano de los conucos. Las brujas succionan la sangre de los niños, y la extraen directamente del ombligo o del dedo gordo del pie, a traves del peciolo hueco de una hoja de higuereta Ricinus comunis, o del de una hoja de lechoza, Papaya carica.
Se cree que las brujas no atacan a los hijos de sus compadres, ni a los mellizos o gemelos. En todas las comunidades rurales hay historias de brujas que fueron descubiertas en pleno vuelo. El proceso de atrapar a una bruja se conoce como "tumbar a una bruja", y los "tumbadores" son personas con cierto poder, que conocen las oraciones y los rituales especiales para este fin. Dicen que cuando se atrapa a una bruja hay que esperar el amanecer, pues cuando sale el sol el encantamiento se rompe y se puede descubrir la identidad de la maligna mujer. Aseguran que cuando llueve y hace sol, en algun lugar escondido se esta casando una bruja...
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LOS BIEMBIENES (República Dominicana)
Ligado al mito de la ciguapa y al de los indios, aparece la leyenda de los biembienes o vienvienes. Desde el siglo XVIII, la existencia de estos seres se sitúa en unas montañas llamadas Bahoruco, donde se refugiaban los negros cimarrones que huían de la esclavitud colonial y algunos indios levantados contra la ocupación española.
Junto con algunas similitudes lingüísticas con el indiene francés y el vienvien haitiano, (vocablos que designaban al indio y al mestizo de negro e india respectivamente) todo lleva a pensar que a estos hombres alzados los transformó la fantasía popular en seres de leyenda. Los biembienes son seres salvajes, conformados en clanes escondidos en las montañas. Viven desnudos y de forma irracional, y emiten gruñidos como único lenguaje. Su aspecto es feo y desagradable, tienen el cuerpo enjuto, deforme y de muy baja estatura.
Dicen que son ágiles trepadores de árboles y barrancos y que atacan en grupos desordenados. Aseguran las leyendas que estos hombrecitos de las cordilleras, salen de noche de sus escondrijos a proveerse de alimentos en los conucos, y que como la ciguapa, dejan huellas al revés para que no se les descubra el paradero.
Se asegura que entre los biembienes hay algunos que comen carne humana obtenida por sacrificio. Se llaman "mondongos" y tienen el pelo rojo amarillento. Añade la leyenda que cuando alguna persona se acerca al territorio de los biembienes estos lo espantan con gritos y alaridos amenazadores...
Junto con algunas similitudes lingüísticas con el indiene francés y el vienvien haitiano, (vocablos que designaban al indio y al mestizo de negro e india respectivamente) todo lleva a pensar que a estos hombres alzados los transformó la fantasía popular en seres de leyenda. Los biembienes son seres salvajes, conformados en clanes escondidos en las montañas. Viven desnudos y de forma irracional, y emiten gruñidos como único lenguaje. Su aspecto es feo y desagradable, tienen el cuerpo enjuto, deforme y de muy baja estatura.
Dicen que son ágiles trepadores de árboles y barrancos y que atacan en grupos desordenados. Aseguran las leyendas que estos hombrecitos de las cordilleras, salen de noche de sus escondrijos a proveerse de alimentos en los conucos, y que como la ciguapa, dejan huellas al revés para que no se les descubra el paradero.
Se asegura que entre los biembienes hay algunos que comen carne humana obtenida por sacrificio. Se llaman "mondongos" y tienen el pelo rojo amarillento. Añade la leyenda que cuando alguna persona se acerca al territorio de los biembienes estos lo espantan con gritos y alaridos amenazadores...
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Creación (Ecuador)
La etnia indígena Kichwa de los Otavalos, famosos por su habilidad textil y comercial, están ubicados en la localidad del mismo nombre, situada a una hora y media al norte de Quito, Ecuador, a los pies del volcán Imbabura.
Estos mitos llamados Ñawpa Rimay fueron narrados por varios ancianos de esta comunidad, Luciano Cachiguango, José Antonio Cachiguango (alias “Katsa”), y Nicolás Tamayo. Fueron tomados de la página Aborigen Argentino:
Dicen que en Ñawpa-Pacha (Tiempo adelante) todo era vacío, no había nada. Solamente Atsil-Yaya (Gran Espíritu Vital Universal Masculino) vivía junto a Sami-Mama (Gran Espíritu Vital Universal Femenino). No había nadie más que ellos. Hasta entonces todavía no había el día.
Atsil-Yaya pidió a Sami-Mama acostarse con ella. Se unieron como marido y mujer y Sami-Mama quedó embarazada. Así nacieron los Aya (espíritus vitales), los Duendes (seres pequeños dueños del oro, la plata y otros minerales que viven dentro de la tierra) y Pacha-Mama (Madre tiempo, madre mundo, madre naturaleza, madre universal).
Cuando Pacha-Mama nacía, Atsil-Yaya sopló e hizo sonar su churu (caracol gigante) y empezó a amanecer. Pacha-Mama creció, se convirtió en una mujer y su vientre empezó a crecer porque ella nació embarazada. Cuando llegó el momento de nacer, de su vientre salió el agua y en medio del cielo lleno de rayos y truenos nacieron el sol, la luna, las estrellas, las piedras, la tierra, el fuego, los cerros, el huracán, las plantas, los animales, el arco iris, el viento, el hombre, la mujer y todo lo que existe. Todo lo que Pacha-Mama había parido estaba vivo.
Todo estaba al revés, todos los seres pensaban y hablaban igual que nosotros, las personas. Al ver que todo estaba al revés, Atsil-Yaya, Sami-Mama y Pacha-Mama, poco a poco fueron enmudeciendo a todos hasta que al final quedamos con todas estas facultades, nosotros los runas, mientras que los demás seres siguen pensando y hablando en formas diferentes de los nuestros… Así cuentan.
Cuando nació Inti-Yaya (Padre sol), el ser brillante que alumbraba la tierra, algunos Aya, que eran grandes y fuertes, y que eran acostumbrados a vivir solamente en la oscuridad, se enojaron mucho y trataron de matarlo porque su brillo les molestaba, pero Inti-Yaya era más hábil que ellos y siempre terminaba derrotándolos. Dicen que en el Urtimal-Pacha, vivían los Inka-Yaya que eran muy altos, fuertes y no conocían la muerte. Si por alguna causa morían en tres o cuatro días volvían a vivir de nuevo.
Así mismo lo que se sembraba se cosechaba en tres o cuatro días. En esos tiempos no había wañuy (la muerte) y por esta causa se llenó la tierra de mucha gente; tanto así que en esos tiempos no había donde vivir, ni donde sembrar, por lo que la gente hasta sembró en las laderas más altas de los cerros, cuyas huellas aún permanecen hasta hoy.
La gente de esos tiempos (los inka-runa) tenía dientes de marfil y por eso podía comer hasta las cosas más duras como la carne con todos los huesos. Por falta de espacio para sembrar, buscaron piedras grandes y planas, pusieron tierra encima y como la tierra era muy fértil, hacían madurar fácilmente los granos.
Vivía mucha gente en estas tierras que también las malas costumbres crecieron. Se olvidaron de apreciar la vida, de valorar la palabra dada, de respetar a la Pacha-Mama, de ser solidarios con la comunidad, de cuidar la vida… Ante esto, Atsil-Yaya conversó con Sami-Mama y Pacha-Mama para normalizar el mundo.
Oscurecieron el brillo de Inti-Yaya y pidieron a Puyu-Mama (madre nube) que haga llover para que esta gente muera ahogada. Llovió incansablemente por mucho tiempo y el agua inundó hasta a los cerros, pero la gente siguió flotando aferrados a los troncos de los árboles sin morirse. Nuevamente Atsil-Yaya y Sami-Mama, pidieron a Inti-Yaya que envíe fuego a la tierra.
Luego de llover agua llovió fuego, y esta vez la gente y todo lo que existe murió en medio de las aguas hirvientes. Dicen que en el final del mundo nuevamente ha de llover agua y fuego como llovió en aquella ocasión.Subiendo a la cima del cerro Imbabura lograron salvarse una pareja con su perro.
Cuando terminó la lluvia de agua y de fuego, la pareja pidió ayuda a Atsil-Yaya y Sami-Mama porque tenían hambre, pero no fueron escuchados. Entonces la pareja decidió comerse al perro, y el animal dándose cuenta de su suerte, porque pensaba y hablaba igual que nosotros, aulló lastimeramente mirando al Hawa-Pacha (cielo). Al oír esto Atsil-Yaya y Sami-Mama se compadecieron del perro y la pareja e hicieron caer una mazorca de maíz sobre la Allpa-Mama (madre tierra). AI ver esto, la pareja cogió rápidamente la mazorca quitándole al perro. Una parte se la comieron, otra parte guardaron para sembrar y solamente la tusa y algunos granos le dejaron al perro. Por eso en la chakra a la mazorca que sólo tiene algunos granos hasta ahora le decimos allku-kiru o diente de perro. Luego de comer los granos de maíz, la pareja quedó dormida y Atsil-Yaya les quitó de la boca los dientes de marfil y en su lugar puso maíz blanco. Desde este momento existen las caries de las muelas y la muerte.
Cuentan que en Urtimal-Pacha, después de que pasó la lluvia de agua y de fuego todo era oscuridad y siempre era de noche y el Inti-Yaya aún no brillaba en el cielo porque aún estaba oscurecido. De repente todo empezó a temblar, las montañas comenzaron a derrumbarse, los animales, los runas, los árboles, el agua y todo lo que había comenzó a desaparecer. La tierra se abría y se tragaba todo lo que estaba sobre ella. Estaba iniciando a amanecer, todo comenzaba a clarear.
En este terremoto un hombre, una mujer y un perro subieron a Baulu-Loma intentando salvarse. Baulo-Loma no se desmoronaba ni se destruía, flotaba como una canoa sobre el agua en medio de todo este cataclismo.Cuando todo terminó, el hombre, la mujer y el perro vieron que todas las montañas de antes habían desaparecido y habían aparecido nuevas montañas, en tanto que Baulu-Loma había permanecido tal como era al inicio, pero al lado del Baulu-Loma había surgido su hermano mayor que siempre había vivido en las entrañas de la tierra. Era Kotama Loma que había nacido con el amanecer del día.
Pasado el terremoto la loma de Kotama seguía en pie, pero el temblor había abierto una tremenda quebrada en sus pies. Así mismo empezaba a amanecer y la Chificha viendo que todo clareaba, asustada, buscó dónde esconderse de Inti-Yaya y al no encontrar nada se metió en la inmensa quebrada de Kotama-Loma para esconderse del día.
Los otros Aya y Duende que andaban libremente en la oscuridad, viendo aparecer a Inti-Yaya trataron de atraparlo y matarlo en el cielo, para ello realizaron una pirámide parándose uno encima de otros, ya estaban a punto de atraparlo cuando uno de los Aya, que estaba en el asiento y que tenía sarna, tuvo ganas de rascarse. Al rascarse la espalda se movió y todos cayeron unos encima de otros sin lograr su propósito. Al ver esto Inti-Yaya se rió de ellos y para demostrar su poder les quemó con sus rayos y quedaron negros y oscuros como el carbón, asustados los Aya se escondieron de sus rayos metiéndose dentro de la tierra y allí vivirán hasta que Inti-Yaya ya no brille en el cielo.
Esta quebrada hasta ahora se llama Chificha-haka o Quebrada de la Chificha y los que viven cerca de este lugar, hasta ahora cuentan que por allí en ciertos momentos del día no se puede atravesar por allí porque produce mal-viento y hasta la muerte, es más, ni siquiera un pájaro puede volar por allí porque en seguida cae muerto. Dicen que en el fin del mundo, cuando todo vuelva a la oscuridad, nuevamente la Chificha a de salir de allí para seguir con sus andanzas hasta que otra vez se haga de día. En nuestros días cuando ocurren los eclipses, pensamos que es el inicio del tiempo de la oscuridad, por eso gritamos y silbamos para que se vaya la oscuridad y venga la claridad del día.
También cuentan que todas las lomas y cerros de la región jugaban chunkana con “tortas” para ganarse algo por algún tiempo, así Carabuela-Loma jugaba con Chimba-Loma, Kotama-Loma jugaba con Kalpaki-Loma y Pukara-Loma jugaba con Azama-Loma. Como premio de sus triunfos ganaban abundancia, plagas de moscas, fertilidad del suelo, lanchas, agua, ratones, venados, lagartos, pájaros, zorros, lobos, conejos, tórtolas, escarabajos, vientos, lluvias, heladas, perdices, granizos y otros que beneficiaban y afectaban las chakras y la vida de los moradores que habitaban en sus cercanías durante dos años. Un día Atsil-Yaya prometió que al triunfador en los juegos le daría un premio especial que duraría por siempre. Todas las lomas de la región participaron en el juego, las reglas eran sencillas, todos jugarían entre todos, solamente un ganador recibiría el premio y las demás seguirían por siempre con los premios acostumbrados. Jugaron lo mejor que pudieron pero al final Kotama-Loma, que era el más hábil, salió triunfante. Dios le entregó un kuri (oro) como premio. Este kuri tenía la bendición divina de hacer llover. Por eso esta loma se llamaba Kuri-Loma. Dicen que hasta ahora las personas de buen corazón todavía pueden encontrar y ver a este kuri en la cima de la loma de Kotama, que según unos tiene forma de pavo y según otros tiene forma de gallina con sus pollitos. Los que lograron mirar y encontrar a este kuri se transformaron en hatun-runa (hombres grandes) y su mensaje fue kuri-shimi (mensaje de oro y palabra de vida). Dicen que en el final del mundo Kuri-Loma (Kotama-Loma) perderá su virtud de hacer llover porque los runas se olvidarán de seguir las costumbres. Será el anuncio de que todo va a terminar hasta que amanezca otra vez.
Estos mitos llamados Ñawpa Rimay fueron narrados por varios ancianos de esta comunidad, Luciano Cachiguango, José Antonio Cachiguango (alias “Katsa”), y Nicolás Tamayo. Fueron tomados de la página Aborigen Argentino:
Dicen que en Ñawpa-Pacha (Tiempo adelante) todo era vacío, no había nada. Solamente Atsil-Yaya (Gran Espíritu Vital Universal Masculino) vivía junto a Sami-Mama (Gran Espíritu Vital Universal Femenino). No había nadie más que ellos. Hasta entonces todavía no había el día.
Atsil-Yaya pidió a Sami-Mama acostarse con ella. Se unieron como marido y mujer y Sami-Mama quedó embarazada. Así nacieron los Aya (espíritus vitales), los Duendes (seres pequeños dueños del oro, la plata y otros minerales que viven dentro de la tierra) y Pacha-Mama (Madre tiempo, madre mundo, madre naturaleza, madre universal).
Cuando Pacha-Mama nacía, Atsil-Yaya sopló e hizo sonar su churu (caracol gigante) y empezó a amanecer. Pacha-Mama creció, se convirtió en una mujer y su vientre empezó a crecer porque ella nació embarazada. Cuando llegó el momento de nacer, de su vientre salió el agua y en medio del cielo lleno de rayos y truenos nacieron el sol, la luna, las estrellas, las piedras, la tierra, el fuego, los cerros, el huracán, las plantas, los animales, el arco iris, el viento, el hombre, la mujer y todo lo que existe. Todo lo que Pacha-Mama había parido estaba vivo.
Todo estaba al revés, todos los seres pensaban y hablaban igual que nosotros, las personas. Al ver que todo estaba al revés, Atsil-Yaya, Sami-Mama y Pacha-Mama, poco a poco fueron enmudeciendo a todos hasta que al final quedamos con todas estas facultades, nosotros los runas, mientras que los demás seres siguen pensando y hablando en formas diferentes de los nuestros… Así cuentan.
Cuando nació Inti-Yaya (Padre sol), el ser brillante que alumbraba la tierra, algunos Aya, que eran grandes y fuertes, y que eran acostumbrados a vivir solamente en la oscuridad, se enojaron mucho y trataron de matarlo porque su brillo les molestaba, pero Inti-Yaya era más hábil que ellos y siempre terminaba derrotándolos. Dicen que en el Urtimal-Pacha, vivían los Inka-Yaya que eran muy altos, fuertes y no conocían la muerte. Si por alguna causa morían en tres o cuatro días volvían a vivir de nuevo.
Así mismo lo que se sembraba se cosechaba en tres o cuatro días. En esos tiempos no había wañuy (la muerte) y por esta causa se llenó la tierra de mucha gente; tanto así que en esos tiempos no había donde vivir, ni donde sembrar, por lo que la gente hasta sembró en las laderas más altas de los cerros, cuyas huellas aún permanecen hasta hoy.
La gente de esos tiempos (los inka-runa) tenía dientes de marfil y por eso podía comer hasta las cosas más duras como la carne con todos los huesos. Por falta de espacio para sembrar, buscaron piedras grandes y planas, pusieron tierra encima y como la tierra era muy fértil, hacían madurar fácilmente los granos.
Vivía mucha gente en estas tierras que también las malas costumbres crecieron. Se olvidaron de apreciar la vida, de valorar la palabra dada, de respetar a la Pacha-Mama, de ser solidarios con la comunidad, de cuidar la vida… Ante esto, Atsil-Yaya conversó con Sami-Mama y Pacha-Mama para normalizar el mundo.
Oscurecieron el brillo de Inti-Yaya y pidieron a Puyu-Mama (madre nube) que haga llover para que esta gente muera ahogada. Llovió incansablemente por mucho tiempo y el agua inundó hasta a los cerros, pero la gente siguió flotando aferrados a los troncos de los árboles sin morirse. Nuevamente Atsil-Yaya y Sami-Mama, pidieron a Inti-Yaya que envíe fuego a la tierra.
Luego de llover agua llovió fuego, y esta vez la gente y todo lo que existe murió en medio de las aguas hirvientes. Dicen que en el final del mundo nuevamente ha de llover agua y fuego como llovió en aquella ocasión.Subiendo a la cima del cerro Imbabura lograron salvarse una pareja con su perro.
Cuando terminó la lluvia de agua y de fuego, la pareja pidió ayuda a Atsil-Yaya y Sami-Mama porque tenían hambre, pero no fueron escuchados. Entonces la pareja decidió comerse al perro, y el animal dándose cuenta de su suerte, porque pensaba y hablaba igual que nosotros, aulló lastimeramente mirando al Hawa-Pacha (cielo). Al oír esto Atsil-Yaya y Sami-Mama se compadecieron del perro y la pareja e hicieron caer una mazorca de maíz sobre la Allpa-Mama (madre tierra). AI ver esto, la pareja cogió rápidamente la mazorca quitándole al perro. Una parte se la comieron, otra parte guardaron para sembrar y solamente la tusa y algunos granos le dejaron al perro. Por eso en la chakra a la mazorca que sólo tiene algunos granos hasta ahora le decimos allku-kiru o diente de perro. Luego de comer los granos de maíz, la pareja quedó dormida y Atsil-Yaya les quitó de la boca los dientes de marfil y en su lugar puso maíz blanco. Desde este momento existen las caries de las muelas y la muerte.
Cuentan que en Urtimal-Pacha, después de que pasó la lluvia de agua y de fuego todo era oscuridad y siempre era de noche y el Inti-Yaya aún no brillaba en el cielo porque aún estaba oscurecido. De repente todo empezó a temblar, las montañas comenzaron a derrumbarse, los animales, los runas, los árboles, el agua y todo lo que había comenzó a desaparecer. La tierra se abría y se tragaba todo lo que estaba sobre ella. Estaba iniciando a amanecer, todo comenzaba a clarear.
En este terremoto un hombre, una mujer y un perro subieron a Baulu-Loma intentando salvarse. Baulo-Loma no se desmoronaba ni se destruía, flotaba como una canoa sobre el agua en medio de todo este cataclismo.Cuando todo terminó, el hombre, la mujer y el perro vieron que todas las montañas de antes habían desaparecido y habían aparecido nuevas montañas, en tanto que Baulu-Loma había permanecido tal como era al inicio, pero al lado del Baulu-Loma había surgido su hermano mayor que siempre había vivido en las entrañas de la tierra. Era Kotama Loma que había nacido con el amanecer del día.
Pasado el terremoto la loma de Kotama seguía en pie, pero el temblor había abierto una tremenda quebrada en sus pies. Así mismo empezaba a amanecer y la Chificha viendo que todo clareaba, asustada, buscó dónde esconderse de Inti-Yaya y al no encontrar nada se metió en la inmensa quebrada de Kotama-Loma para esconderse del día.
Los otros Aya y Duende que andaban libremente en la oscuridad, viendo aparecer a Inti-Yaya trataron de atraparlo y matarlo en el cielo, para ello realizaron una pirámide parándose uno encima de otros, ya estaban a punto de atraparlo cuando uno de los Aya, que estaba en el asiento y que tenía sarna, tuvo ganas de rascarse. Al rascarse la espalda se movió y todos cayeron unos encima de otros sin lograr su propósito. Al ver esto Inti-Yaya se rió de ellos y para demostrar su poder les quemó con sus rayos y quedaron negros y oscuros como el carbón, asustados los Aya se escondieron de sus rayos metiéndose dentro de la tierra y allí vivirán hasta que Inti-Yaya ya no brille en el cielo.
Esta quebrada hasta ahora se llama Chificha-haka o Quebrada de la Chificha y los que viven cerca de este lugar, hasta ahora cuentan que por allí en ciertos momentos del día no se puede atravesar por allí porque produce mal-viento y hasta la muerte, es más, ni siquiera un pájaro puede volar por allí porque en seguida cae muerto. Dicen que en el fin del mundo, cuando todo vuelva a la oscuridad, nuevamente la Chificha a de salir de allí para seguir con sus andanzas hasta que otra vez se haga de día. En nuestros días cuando ocurren los eclipses, pensamos que es el inicio del tiempo de la oscuridad, por eso gritamos y silbamos para que se vaya la oscuridad y venga la claridad del día.
También cuentan que todas las lomas y cerros de la región jugaban chunkana con “tortas” para ganarse algo por algún tiempo, así Carabuela-Loma jugaba con Chimba-Loma, Kotama-Loma jugaba con Kalpaki-Loma y Pukara-Loma jugaba con Azama-Loma. Como premio de sus triunfos ganaban abundancia, plagas de moscas, fertilidad del suelo, lanchas, agua, ratones, venados, lagartos, pájaros, zorros, lobos, conejos, tórtolas, escarabajos, vientos, lluvias, heladas, perdices, granizos y otros que beneficiaban y afectaban las chakras y la vida de los moradores que habitaban en sus cercanías durante dos años. Un día Atsil-Yaya prometió que al triunfador en los juegos le daría un premio especial que duraría por siempre. Todas las lomas de la región participaron en el juego, las reglas eran sencillas, todos jugarían entre todos, solamente un ganador recibiría el premio y las demás seguirían por siempre con los premios acostumbrados. Jugaron lo mejor que pudieron pero al final Kotama-Loma, que era el más hábil, salió triunfante. Dios le entregó un kuri (oro) como premio. Este kuri tenía la bendición divina de hacer llover. Por eso esta loma se llamaba Kuri-Loma. Dicen que hasta ahora las personas de buen corazón todavía pueden encontrar y ver a este kuri en la cima de la loma de Kotama, que según unos tiene forma de pavo y según otros tiene forma de gallina con sus pollitos. Los que lograron mirar y encontrar a este kuri se transformaron en hatun-runa (hombres grandes) y su mensaje fue kuri-shimi (mensaje de oro y palabra de vida). Dicen que en el final del mundo Kuri-Loma (Kotama-Loma) perderá su virtud de hacer llover porque los runas se olvidarán de seguir las costumbres. Será el anuncio de que todo va a terminar hasta que amanezca otra vez.
Fuente: http://mitosla.blogspot.com/
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Mitos y Leyendas de Ecuador
Origen del Fuego (Ecuador)
Los Jíbaros o Shuar son tribus indígenas encontradas en la región amazónica del Perú, en el este del Ecuador y en Colombia occidental. El Jíbaro era violentamente agresivo con otras tribus y extranjeros, luchando con lanzas, y cerbatanas. Las cabezas de sus enemigos caídos eran preservadas con humo y conservadas como trofeos. Los jíbaros eran reacios a todo tipo de influencias del exterior, ya fuera la subyugación Inca, la influencia europea (sobre todo española) y la cristianización. El mito que se relata a continuación, fue tomado del bolg Glorfindel y transcribe el relato registrado por Rafael Karsten en la obra Mitos de los indios jibaros (Shuara) del Oriente del Ecuador (1919):
Los ancestros Jíbaros no conocían el fuego, y acostumbraban tomar los alimentos manteniéndolos durante buen tiempo entre sus mandíbulas cerradas, para lograr entibiarlos. También aquellos antiguos dejaban la comida en los claros de la selva para que el Dios Padre Sol, «Etsa» lo calentara con su divina alma ardiente.
En esos tiempos tan lejanos, los Jíbaros no tenían forma humana, sino que eran Pájaros, y sólo uno de ellos, de nombre Takea, conocía el secreto para producir fuego, frotando dos palos entre sí. Takea era envidioso. No quería que nadie más supíera hacer lumbres, y su alma temebrosa lo hacía estar al pendiente de los intentos que hacían los otros Jíbaros para robarle el fuego, así que en el momento en que escuchaba aleteos de Pájaros acercándose a su guarida, esperaba el momento justo para destrozar al ave intrusa, cercenándola con el filo de la puerta y el muro de su madriguera.
Sin embargo un día llega un minúsculo Pájaro-Mosquito y les propone a los demás Jíbaros una estratagema para hurtar a Takea el secreto del fuego. Todos consienten. El Pájaro-Mosquito moja sus pequeñas alas, y se pone a simular temblores de escalofrío cuando mira acercarse a la mujer de Takea. Esta siente compasión por el pajarillo y lo introduce a la casa, acercándolo al fuego. Como el Pájaro-Mosquito es demasiado pequeño para cargar uno de los troncos ardientes, finge todavía más su falsa enfermedad, y engaña a la mujer de Takea, quien lo coloca a la misma orilla de las chispeantes ramas. Entonces el Pájaro-Mosquito acerca las plumas de su cola a las lumbres, se le encienden y antes de otra situación, escapa rumbo al bosque.
En esa parte las “almas” de los árboles son ancianas, de manera que sus cortezas están llenas de rugosidades y están prestas a arder. Las chispas de sus plumas traseras queman, en efecto a unas ramas, y el ingenioso ladrón la toma con el pico para de inmediato dirigirse al escondite donde lo aguardaban sus secuaces. Les grita: «Ahora ya tenéis el Fuego. Tomadlo y llevádselo lejos de Takea. En adelante, no tendréis necesidad de calentar vuestros alientos debajo de los brazos y dentro de sus mandíbulas».
Takea mientras tanto reclama enfurecido a su mujer: «¿Por qué dejaste entrar a ese ladrón Pájaro-Mosquito? ¡El miserable nos ha robado nuestro fuego y ahora todo mundo podrá tenerlo! ¡Y tú mujer, tú eres la responsible de esta fechoría!».
Desde entonces, los Shuar son dueños del secreto del Fuego, y saben producirlo al frotar reciamente a dos trozos de madera de algodón, uno contra el otro.
Los ancestros Jíbaros no conocían el fuego, y acostumbraban tomar los alimentos manteniéndolos durante buen tiempo entre sus mandíbulas cerradas, para lograr entibiarlos. También aquellos antiguos dejaban la comida en los claros de la selva para que el Dios Padre Sol, «Etsa» lo calentara con su divina alma ardiente.
En esos tiempos tan lejanos, los Jíbaros no tenían forma humana, sino que eran Pájaros, y sólo uno de ellos, de nombre Takea, conocía el secreto para producir fuego, frotando dos palos entre sí. Takea era envidioso. No quería que nadie más supíera hacer lumbres, y su alma temebrosa lo hacía estar al pendiente de los intentos que hacían los otros Jíbaros para robarle el fuego, así que en el momento en que escuchaba aleteos de Pájaros acercándose a su guarida, esperaba el momento justo para destrozar al ave intrusa, cercenándola con el filo de la puerta y el muro de su madriguera.
Sin embargo un día llega un minúsculo Pájaro-Mosquito y les propone a los demás Jíbaros una estratagema para hurtar a Takea el secreto del fuego. Todos consienten. El Pájaro-Mosquito moja sus pequeñas alas, y se pone a simular temblores de escalofrío cuando mira acercarse a la mujer de Takea. Esta siente compasión por el pajarillo y lo introduce a la casa, acercándolo al fuego. Como el Pájaro-Mosquito es demasiado pequeño para cargar uno de los troncos ardientes, finge todavía más su falsa enfermedad, y engaña a la mujer de Takea, quien lo coloca a la misma orilla de las chispeantes ramas. Entonces el Pájaro-Mosquito acerca las plumas de su cola a las lumbres, se le encienden y antes de otra situación, escapa rumbo al bosque.
En esa parte las “almas” de los árboles son ancianas, de manera que sus cortezas están llenas de rugosidades y están prestas a arder. Las chispas de sus plumas traseras queman, en efecto a unas ramas, y el ingenioso ladrón la toma con el pico para de inmediato dirigirse al escondite donde lo aguardaban sus secuaces. Les grita: «Ahora ya tenéis el Fuego. Tomadlo y llevádselo lejos de Takea. En adelante, no tendréis necesidad de calentar vuestros alientos debajo de los brazos y dentro de sus mandíbulas».
Takea mientras tanto reclama enfurecido a su mujer: «¿Por qué dejaste entrar a ese ladrón Pájaro-Mosquito? ¡El miserable nos ha robado nuestro fuego y ahora todo mundo podrá tenerlo! ¡Y tú mujer, tú eres la responsible de esta fechoría!».
Desde entonces, los Shuar son dueños del secreto del Fuego, y saben producirlo al frotar reciamente a dos trozos de madera de algodón, uno contra el otro.
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Mitos y Leyendas de Ecuador
Diluvio y origen de los seres (Ecuador)
Después de conquistar Ecuador, Huayna Capac del imperio Inca adoctrinó varias tribus y les impuso el quechua, su lengua, la cual todavía se habla extensamente en Ecuador. Los Cañaris eran el grupo más fuerte y feroz, por lo que opusieron gran resistencia al imperio Inca. El mito del diluvio y del origen de los Cañaris fue inicialmente escrito por el sacerdote cuzqueño Fray Cristóbal de Molina, en 1.573, recogiendo lo narrado por nativos en el Cuzco. Fue tomado de la Enciclopedia de Mitología Universal, compilada por Arthur Cotterell.
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Luego del diluvio, dos hermanos escaparon de la gran inundación subiendo a la montaña llamada Huacayñan, la cual aumentaba de tamaño cada vez que las aguas amenazaban con sepultarla. Cuando las aguas retrocedieron, los hermanos fueron en busca de alimento, algo que resultó muy difícil.
Un día, tras una búsqueda infructuosa, regresaron a la cabaña que habían construido y vieron que había una comida preparada y chicha (cerveza de maíz). Esto pasó durante 10 días consecutivos hasta que, ocultándose para ver quién traía todo eso, el hermano mayor divisó a dos guacamayas que, al llegar, comenzaron a preparar la comida. Al ver que las aves tenían rostro de mujer, salió del escondrijo, pero los pájaros se enojaron y se fueron volando sin dejar nada de comer.
El hermano pequeño regresó y, al no ver comida, decidió ocultarse y espiar. Al cabo de tres días, las aves regresaron. Cuando la comida ya estaba hecha, cerró la puerta de la cabaña y logró coger el pájaro pequeño, pero el grande escapó. Vivió con la guacamaya muchos años y tuvo seis hijos e hijas. Se dice que de estos hijos descienden todos los cañarí. Consideran la montaña como sagrada y adoran a la guacamaya.
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Luego del diluvio, dos hermanos escaparon de la gran inundación subiendo a la montaña llamada Huacayñan, la cual aumentaba de tamaño cada vez que las aguas amenazaban con sepultarla. Cuando las aguas retrocedieron, los hermanos fueron en busca de alimento, algo que resultó muy difícil.
Un día, tras una búsqueda infructuosa, regresaron a la cabaña que habían construido y vieron que había una comida preparada y chicha (cerveza de maíz). Esto pasó durante 10 días consecutivos hasta que, ocultándose para ver quién traía todo eso, el hermano mayor divisó a dos guacamayas que, al llegar, comenzaron a preparar la comida. Al ver que las aves tenían rostro de mujer, salió del escondrijo, pero los pájaros se enojaron y se fueron volando sin dejar nada de comer.
El hermano pequeño regresó y, al no ver comida, decidió ocultarse y espiar. Al cabo de tres días, las aves regresaron. Cuando la comida ya estaba hecha, cerró la puerta de la cabaña y logró coger el pájaro pequeño, pero el grande escapó. Vivió con la guacamaya muchos años y tuvo seis hijos e hijas. Se dice que de estos hijos descienden todos los cañarí. Consideran la montaña como sagrada y adoran a la guacamaya.
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Mitos y Leyendas de Ecuador
Héroe Civilizador (Bolivia)
Los Incas se consolidaron como el estado prehispánico de mayor extensión en América. Abarcó los territorios andinos que corresponden actualmente al sur de Colombia, pasando por Ecuador, Perú, Bolivia, hasta el centro de Chile y el noroeste de Argentina. El mito boliviano que contamos a continuación complementa un mito peruano relatado anteriormente. Lo nuevo de esta historia es que profundiza en la obra de Manco Capac y su esposa Mama Ocllo. Este mito fue recogido y adaptado de la página web Aquí Bolivia:
Luego de su primera creación de gigantes, Viracocha vio que esos no eran los seres que había deseado crear, por lo que produjo un gigantesco diluvio que anegó la tierra. Las aguas de los lagos Titicaca y Poopó son recuerdos de aquel inmenso diluvio que provocó Viracocha. Para la nueva creación, Wirakocha quiso dar Luz a la nueva raza de hombres; descendió entonces a las profundidades del lago Titicaca y de sus aguas sacó las esferas luminosas del Sol y de la Luna y las elevó al firmamento, asignando a cada una la función de iluminar a la Tierra y a la humanidad que iba a crear. Al Sol le encargó el día y a la Luna, la noche. Desde entonces, los dos astros recorren infatigables, como dos compañeros que nunca se ven, el mismo camino por el Cielo.
Virakocha decidió crear la nueva raza, la cual debía ser superior a todas las precedentes, porque debía tener el don del sentir profundo; así que esta vez no utilizó la piedra ni ningún material duro; la hizo de materiales blandos. Esta fue la nueva raza que saliendo de las cavernas de Pacarij Tampu repobló la Tierra.
Pero estos runas que se extendieron por las cuatro direcciones y hasta los confines del mundo carecían de los medios que ahora disponemos: no sabían tallar, ni tejer, ni hacer construcciones; desconocían la ciencia del cultivo y el cuidado de los animales; ignoraban la utilización del fuego y la forja de metales. Cubrían su desnudez con pieles y guarecíanse en las oquedades de las cavernas.
Entonces, el gran Inti, el que nos da Luz y Vida al aparecer cada mañana, vino a compadecerse de aquellos seres. Sabiendo que estos hombres eran capaces de mejores cosas, envió a dos hijos suyos: un hombre y una mujer, con la misión de sacar a aquella gente del estado de barbarie en que vivían, enseñándoles los oficios y artes de una vida verdaderamente humana. El hombre se llamaba Manco Capac y su mujer, hermana de origen, se llamaba Mama Ocllo.
Entregó á los dos hermanos una vara de oro advirtiéndoles antes de partir:
"Esta vara debeis llevarla con vosotros porque ella va a indicaros en donde construireis Mi Templo y éste será el centro mismo de la ciudad que ha de regir la nueva nación".
"En cada alto del camino, sea para dormir, comer o descansar, tratad de introducir la vara en la tierra. No todo lugar es apto para que esta vara de oro se introduzca; solo aquél en que la vara se hunda como si fuera en el agua, será el lugar apropiado."
"Al llegar allá debeis cuidar a aquellas gentes como Yo cuido a la Tierra o como un Padre cuida a sus retoños."
"Ahora voy a dejaros en el punto donde debeis comenzar vuestro recorrido."
Virakocha trasladó a Manco Capac y Mama Ocllo hasta la isla del Sol en el interior del lago Titicaca y dejándolos allí, señalóles rumbo al Norte.
Manco Capac y Mama Ocllo tomaron las márgenes del lago e iniciaron la marcha. Atravesaron muchos valles, cuencas y elevaciones cordilleranas; subieron laderas y montañas y en cada lugar encontraron gente viviendo en condiciones subhumanas.
Siempre que se sentaban a descansar, Manco Capac sacaba la vara y trataba de introducirla en el suelo; no obstante, parecía que toda tierra era dura y jamás se introduciría; pero un día, al llegar a los pies del cerro Goanakauri y al poner Manco Capac la vara sobre el suelo, ésta se hundió sin dificultad -como si el agua estuviera- produciéndose y cumpliéndose lo previsto: Inti, a través del oro, se unía a la tierra; el mundo celeste se interpenetraba con el terrestre por este prodigio y este lugar era la Guaca esperada.
Antes de iniciar la construcción tenían que reunir a la gente que formarían la nación Incaica. Manco Capac viajó hacia el Norte y su hermana se dirigió al Sur.
En el largo caminar, los hijos del Sol liberaron a mucha gente del estado en que vivían, enseñándoles las ciencias y las artes: el cultivo de la tierra; las fases de la Luna; la selección de la semilla; la construcción de acueductos y terrazas; el uso de la piel y lana de los llamas y alpacas; la utilización de plantas y elementos vivos para la curación de enfermedades.
Estos fueron los saberes que impartieron Manco Capac y Mama Ocllo en su camino, amalgamando inmensos grupos de gente y formando una gran nación.
Más tarde, los miembros de dicha nación construyeron el Intiwasi o Templo del Sol en la grandiosa ciudad que ahora es el Cusco.
Luego de su primera creación de gigantes, Viracocha vio que esos no eran los seres que había deseado crear, por lo que produjo un gigantesco diluvio que anegó la tierra. Las aguas de los lagos Titicaca y Poopó son recuerdos de aquel inmenso diluvio que provocó Viracocha. Para la nueva creación, Wirakocha quiso dar Luz a la nueva raza de hombres; descendió entonces a las profundidades del lago Titicaca y de sus aguas sacó las esferas luminosas del Sol y de la Luna y las elevó al firmamento, asignando a cada una la función de iluminar a la Tierra y a la humanidad que iba a crear. Al Sol le encargó el día y a la Luna, la noche. Desde entonces, los dos astros recorren infatigables, como dos compañeros que nunca se ven, el mismo camino por el Cielo.
Virakocha decidió crear la nueva raza, la cual debía ser superior a todas las precedentes, porque debía tener el don del sentir profundo; así que esta vez no utilizó la piedra ni ningún material duro; la hizo de materiales blandos. Esta fue la nueva raza que saliendo de las cavernas de Pacarij Tampu repobló la Tierra.
Pero estos runas que se extendieron por las cuatro direcciones y hasta los confines del mundo carecían de los medios que ahora disponemos: no sabían tallar, ni tejer, ni hacer construcciones; desconocían la ciencia del cultivo y el cuidado de los animales; ignoraban la utilización del fuego y la forja de metales. Cubrían su desnudez con pieles y guarecíanse en las oquedades de las cavernas.
Entonces, el gran Inti, el que nos da Luz y Vida al aparecer cada mañana, vino a compadecerse de aquellos seres. Sabiendo que estos hombres eran capaces de mejores cosas, envió a dos hijos suyos: un hombre y una mujer, con la misión de sacar a aquella gente del estado de barbarie en que vivían, enseñándoles los oficios y artes de una vida verdaderamente humana. El hombre se llamaba Manco Capac y su mujer, hermana de origen, se llamaba Mama Ocllo.
Entregó á los dos hermanos una vara de oro advirtiéndoles antes de partir:
"Esta vara debeis llevarla con vosotros porque ella va a indicaros en donde construireis Mi Templo y éste será el centro mismo de la ciudad que ha de regir la nueva nación".
"En cada alto del camino, sea para dormir, comer o descansar, tratad de introducir la vara en la tierra. No todo lugar es apto para que esta vara de oro se introduzca; solo aquél en que la vara se hunda como si fuera en el agua, será el lugar apropiado."
"Al llegar allá debeis cuidar a aquellas gentes como Yo cuido a la Tierra o como un Padre cuida a sus retoños."
"Ahora voy a dejaros en el punto donde debeis comenzar vuestro recorrido."
Virakocha trasladó a Manco Capac y Mama Ocllo hasta la isla del Sol en el interior del lago Titicaca y dejándolos allí, señalóles rumbo al Norte.
Manco Capac y Mama Ocllo tomaron las márgenes del lago e iniciaron la marcha. Atravesaron muchos valles, cuencas y elevaciones cordilleranas; subieron laderas y montañas y en cada lugar encontraron gente viviendo en condiciones subhumanas.
Siempre que se sentaban a descansar, Manco Capac sacaba la vara y trataba de introducirla en el suelo; no obstante, parecía que toda tierra era dura y jamás se introduciría; pero un día, al llegar a los pies del cerro Goanakauri y al poner Manco Capac la vara sobre el suelo, ésta se hundió sin dificultad -como si el agua estuviera- produciéndose y cumpliéndose lo previsto: Inti, a través del oro, se unía a la tierra; el mundo celeste se interpenetraba con el terrestre por este prodigio y este lugar era la Guaca esperada.
Antes de iniciar la construcción tenían que reunir a la gente que formarían la nación Incaica. Manco Capac viajó hacia el Norte y su hermana se dirigió al Sur.
En el largo caminar, los hijos del Sol liberaron a mucha gente del estado en que vivían, enseñándoles las ciencias y las artes: el cultivo de la tierra; las fases de la Luna; la selección de la semilla; la construcción de acueductos y terrazas; el uso de la piel y lana de los llamas y alpacas; la utilización de plantas y elementos vivos para la curación de enfermedades.
Estos fueron los saberes que impartieron Manco Capac y Mama Ocllo en su camino, amalgamando inmensos grupos de gente y formando una gran nación.
Más tarde, los miembros de dicha nación construyeron el Intiwasi o Templo del Sol en la grandiosa ciudad que ahora es el Cusco.
Fuente: http://mitosla.blogspot.com/
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Mitos y Leyendas de Bolivia
Diosa Protectora (Bolivia)
Aimara es el nombre que recibe un pueblo indígena americano que ancestralmente habitaba la meseta andina del Lago Titicaca desde tiempos precolombinos, repartiéndose su población entre el occidente de Bolivia, el sur del Perú y el norte de Chile. Conformaron una parte del Imperio Inca. El mito de la Pachamama fue recogido y adaptado de la web de Wikipedia, basado en múltiples fuentes.
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Pachamama es la Tierra en un sentido profundo, metafísico; es lo de abajo, pero no el suelo o la tierra geológica, así como tampoco el cielo cristiano es el cielo cosmográfico. La Pachamama es todo, explica todo y si bien, no está localizada, particularmente se la ubica singularmente en ciertos lugares naturales (ojos de agua -manantiales-, vertientes, cerros) o construidos (hoyos, apachetas -especie de mojones, constituidos generalmente por pequeños montículos de piedras-). No obstante, se trata de una deidad, inmediata y cotidiana, que actúa directamente y por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndosele algo o disculpándose por alguna falta cometida.
La Pachamama no es una divinidad propiamente creadora, pero sí es protectora; cobija a los hombres, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, algunos pastores están obligados a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no sólo en los momentos y sitios predeterminados para el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad. Sin embargo se la considera asimismo con una faz negativa: la Pachamama tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades.
Algunos pueblos realizaban ofrendas en su honor, sacrificando auquénidos para derramar su sangre. Entre otros objetos se ofrecían hojas de coca, conchas marinas mullu y sobre todo el feto de la llama, según una creencia para fertilizar la tierra sin que faltara jamás la cosecha.
Con la llegada de los españoles y la persecución de las religiones nativas, la Pachamama comenzó a ser muchas veces invocada a través de la Virgen María.
La Pachamama, más las deidades Mallku y Amaru, conforman la trilogía de la percepción aimara de la sociedad - naturaleza; y sus cultos son las formas más antigua de celebración que los aimaras aún realizan en la actualidad.
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Pachamama es la Tierra en un sentido profundo, metafísico; es lo de abajo, pero no el suelo o la tierra geológica, así como tampoco el cielo cristiano es el cielo cosmográfico. La Pachamama es todo, explica todo y si bien, no está localizada, particularmente se la ubica singularmente en ciertos lugares naturales (ojos de agua -manantiales-, vertientes, cerros) o construidos (hoyos, apachetas -especie de mojones, constituidos generalmente por pequeños montículos de piedras-). No obstante, se trata de una deidad, inmediata y cotidiana, que actúa directamente y por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndosele algo o disculpándose por alguna falta cometida.
La Pachamama no es una divinidad propiamente creadora, pero sí es protectora; cobija a los hombres, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, algunos pastores están obligados a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no sólo en los momentos y sitios predeterminados para el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad. Sin embargo se la considera asimismo con una faz negativa: la Pachamama tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades.
Algunos pueblos realizaban ofrendas en su honor, sacrificando auquénidos para derramar su sangre. Entre otros objetos se ofrecían hojas de coca, conchas marinas mullu y sobre todo el feto de la llama, según una creencia para fertilizar la tierra sin que faltara jamás la cosecha.
Con la llegada de los españoles y la persecución de las religiones nativas, la Pachamama comenzó a ser muchas veces invocada a través de la Virgen María.
La Pachamama, más las deidades Mallku y Amaru, conforman la trilogía de la percepción aimara de la sociedad - naturaleza; y sus cultos son las formas más antigua de celebración que los aimaras aún realizan en la actualidad.
Fuente: http://mitosla.blogspot.com/
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Mitos y Leyendas de Bolivia
Salamanca (Bolivia)
Antro secreto, conocido solo por los iniciados en las artes de la brujería, donde en las noches de los sábados se reunen hechiceros, adivinos y brujos (CALCUS) en compañía de animales colaboradores y espíritus convocados con la finalidad de divertirse y planear actividades. Quienes afirman haber estado allí lo describen como un recinto iluminado con lamparas de aceite humano y donde reina gran alboroto por los gritos y carcajadas de los concurrentes.
Allí se realizan conjuros y maldiciones, para poder ingresar se debe conocer la contraseña, sin la cual la entrada permanece invisible, si por el contrario se conoce se ingresa al recinto pasando por una especie de laberinto tortuoso, donde el recibimiento son experiencias terroríficas, sin amilanarse.
Entre otros se debe sortear el ARUNCO, con un chivo maloliente que a embestidas lo empujara hacia el interior. Una enorme culebra colgante, amenazando de cuya boca rezuma baba sanguinolienta y finalmente con un BASILISCO de ojo centelleante. Los adeptos no pueden revelar la entrada a la SALAMANCA a riesgo de tener que padecer un terrible castigo que se dicte contra el.
Se ha pretendido derivar el vocablo del Aimará sallamanca que significa "piedra abajo" pero la mayoría presume que tanto el mito como la denominación son de origen hispano y común en toda América del Sur, aun se mantiene en el noroeste Argentino y zona de la Puna, sur de Bolivia.
Vicuña Cifuentes señala que en Chile hay muchos que piensan que lo que llaman salamancas en las diversas regiones no son más que entradas a una gran Cueva de Salamanca, y que la forma de reconocer si una persona ha estado allí es observar si al caminar proyecta sombra.
Por su parte Villafuerte nos informa que en Catamarca se cuenta que la forma de en trar a una salamanca es desnudo, con la guía de un cuervo negro. El visitante debía renegar de Dios y escupir un crucifijo que colgaba de la puerta.
En Jujuy numerosos testimonios recogidos por Berta Vidal refieren la existencia de una salamanca en el HUANCAR (cerro de escasa elevación en la zona de Abra Pampa) y que el TIO (Diablo) aparece vestido como gaucho elegantecon accesorios de plata para buscar hombres que quieran realizar contratos a cambio de fabulosas riquezas.
"Las comparsas de carnaval hacen todos los años una fiesta campestre cerca del HUANCAR, el domingo de tentación" -cuenta uno de los testimonios-. Existe una copla que habla del contrato con el tío:
Voy a firmar un contrato
el martes de carnaval
con el diablo principal,
que me espera en el Huancar.
Allí se realizan conjuros y maldiciones, para poder ingresar se debe conocer la contraseña, sin la cual la entrada permanece invisible, si por el contrario se conoce se ingresa al recinto pasando por una especie de laberinto tortuoso, donde el recibimiento son experiencias terroríficas, sin amilanarse.
Entre otros se debe sortear el ARUNCO, con un chivo maloliente que a embestidas lo empujara hacia el interior. Una enorme culebra colgante, amenazando de cuya boca rezuma baba sanguinolienta y finalmente con un BASILISCO de ojo centelleante. Los adeptos no pueden revelar la entrada a la SALAMANCA a riesgo de tener que padecer un terrible castigo que se dicte contra el.
Se ha pretendido derivar el vocablo del Aimará sallamanca que significa "piedra abajo" pero la mayoría presume que tanto el mito como la denominación son de origen hispano y común en toda América del Sur, aun se mantiene en el noroeste Argentino y zona de la Puna, sur de Bolivia.
Vicuña Cifuentes señala que en Chile hay muchos que piensan que lo que llaman salamancas en las diversas regiones no son más que entradas a una gran Cueva de Salamanca, y que la forma de reconocer si una persona ha estado allí es observar si al caminar proyecta sombra.
Por su parte Villafuerte nos informa que en Catamarca se cuenta que la forma de en trar a una salamanca es desnudo, con la guía de un cuervo negro. El visitante debía renegar de Dios y escupir un crucifijo que colgaba de la puerta.
En Jujuy numerosos testimonios recogidos por Berta Vidal refieren la existencia de una salamanca en el HUANCAR (cerro de escasa elevación en la zona de Abra Pampa) y que el TIO (Diablo) aparece vestido como gaucho elegantecon accesorios de plata para buscar hombres que quieran realizar contratos a cambio de fabulosas riquezas.
"Las comparsas de carnaval hacen todos los años una fiesta campestre cerca del HUANCAR, el domingo de tentación" -cuenta uno de los testimonios-. Existe una copla que habla del contrato con el tío:
Voy a firmar un contrato
el martes de carnaval
con el diablo principal,
que me espera en el Huancar.
Fuente: cuco.com.ar
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Mitos y Leyendas de Bolivia
La Pachamama
Para los Quichuas, Madre tierra, deidad máxima de los cerreros peruanos, bolivianos, y del nordeste Argentino. Adán Quiroga acota que Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que Mama es madre. La Pacha Mama, agrega, es un dios femenino, que produce, que engendra. Su morada está en el Carro Blanco (Nevado de Cachi), y se cuenta que en la cumbre hay un lago que rodea a una isla. Esta isla es habitada por un toro de astas doradas que al bramar emite por la boca nubes de tormenta.
Según Rigoberto Paredes el mito de la Pacha Mama debió referirse primitivamente al tiempo, tal vez vinculado en alguna forma con la tierra: el tiempo que cura los dolores, el tiempo que distribuye las estaciones, fecunda la tierra. Pacha significa tiempo en lenguaje kolla, pero con el transcurso de los años, las adulteraciones de la lengua, y el predominio de otras razas, finalizó confundiéndose con la tierra.
Alfredo Moffat, agrega que "Respecto a las teorías explicativas de la naturaleza y de las religiones nativas, la técnica metabolizadora del sistema de poder ha re-formulado la metafísica originaria de nuestras poblaciones nativas; la Iglesia Católica ha ido llenando en nuevos moldes católicos y europeos las antiquísimas estructuras míticas de nuestro pueblo no-europeo. Un ejemplo típico de este re-moldeo de mitos lo constituyen las fiestas anuales de celebración de la Virgen María en Salta y Jujuy, donde, pese a la imagen de la virgen y al sacerdote que guia la columna, la ceremonia corresponde más a los rituales indígenas de la Pacha Mama que a la europea Virgen María, pues el consumo de coca y alcohol, el regar con aguardiente y el enterrar ofrendas de comida alrededor de la imagen, corresponde al culto pagano-indígena de la Pacha Mama y no al ritual cristiano-europeo de la Virgen que no tiene relación con las ceremonias de fecundidad de la tierra, y mas bien niega toda idea de fertilidad, pues consagra a la virginidad como propuesta. Propuesta que, por otra parte no tiene sentido en la cultura quechua, que por el contrario, tiene instituciones pre-matrimoniales como el "irpa-Sirse" (casamiento de prueba) que anulan el valor de la virginidad. Esta está evidentemente relacionada con el concepto de propiedad privada, que no existe tampoco en las organizaciones comunitarias indígenas, verdaderas cooperativas de trabajo."
El primero de agosto es el día de la PACHAMAMA. Ese día se entierra en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida. También se pone coca, YICTA, alcohol, vino, cigarros y chicha para carar (alimentar) a la Pachamama. Ese mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados con lana de llama hilando hacia la izquierda. Estos cordones se atan en los tobillos, las muñecas y el cuello, para evitar el castigo de la Pachamama. (Extraído del relato de un pastor colla de Yaví, Jujuy. En: Vidal de Battini, Berta)
Según Rigoberto Paredes el mito de la Pacha Mama debió referirse primitivamente al tiempo, tal vez vinculado en alguna forma con la tierra: el tiempo que cura los dolores, el tiempo que distribuye las estaciones, fecunda la tierra. Pacha significa tiempo en lenguaje kolla, pero con el transcurso de los años, las adulteraciones de la lengua, y el predominio de otras razas, finalizó confundiéndose con la tierra.
Alfredo Moffat, agrega que "Respecto a las teorías explicativas de la naturaleza y de las religiones nativas, la técnica metabolizadora del sistema de poder ha re-formulado la metafísica originaria de nuestras poblaciones nativas; la Iglesia Católica ha ido llenando en nuevos moldes católicos y europeos las antiquísimas estructuras míticas de nuestro pueblo no-europeo. Un ejemplo típico de este re-moldeo de mitos lo constituyen las fiestas anuales de celebración de la Virgen María en Salta y Jujuy, donde, pese a la imagen de la virgen y al sacerdote que guia la columna, la ceremonia corresponde más a los rituales indígenas de la Pacha Mama que a la europea Virgen María, pues el consumo de coca y alcohol, el regar con aguardiente y el enterrar ofrendas de comida alrededor de la imagen, corresponde al culto pagano-indígena de la Pacha Mama y no al ritual cristiano-europeo de la Virgen que no tiene relación con las ceremonias de fecundidad de la tierra, y mas bien niega toda idea de fertilidad, pues consagra a la virginidad como propuesta. Propuesta que, por otra parte no tiene sentido en la cultura quechua, que por el contrario, tiene instituciones pre-matrimoniales como el "irpa-Sirse" (casamiento de prueba) que anulan el valor de la virginidad. Esta está evidentemente relacionada con el concepto de propiedad privada, que no existe tampoco en las organizaciones comunitarias indígenas, verdaderas cooperativas de trabajo."
El primero de agosto es el día de la PACHAMAMA. Ese día se entierra en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida. También se pone coca, YICTA, alcohol, vino, cigarros y chicha para carar (alimentar) a la Pachamama. Ese mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados con lana de llama hilando hacia la izquierda. Estos cordones se atan en los tobillos, las muñecas y el cuello, para evitar el castigo de la Pachamama. (Extraído del relato de un pastor colla de Yaví, Jujuy. En: Vidal de Battini, Berta)
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Mitos y Leyendas de Bolivia
Huayra Tata (Bolivia)
Nombre del dios de los vientos y los huracanes en el noroeste argentino y Bolivia. De acuerdo a Rigoberto Paredes Huayra Tata vive en las cumbres de los cerros y en los abismos, lugar que abandonaba para demostrar su poder ante su esposa PACHAMAMA.
La tierra (Pachamama) es la hembra del viento (Huayra Tata), y este la fecunda quitándole el agua al lago Titicaca para luego dejarla caer sobre ella en forma de lluvia. Asimismo, cuando el dormía, las aguas de lagos y ríos también descansaban tranquilas.
La tierra (Pachamama) es la hembra del viento (Huayra Tata), y este la fecunda quitándole el agua al lago Titicaca para luego dejarla caer sobre ella en forma de lluvia. Asimismo, cuando el dormía, las aguas de lagos y ríos también descansaban tranquilas.
Fuente: cuco.com.ar
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Mitos y Leyendas de Bolivia
Gualicho (Bolivia)
Palabra araucana que significa "alrededor de la gente". Es también el genio del mal en Chile y Bolivia. También se utiliza esta palabra en lenguaje popular para nombrar ciertos brebajes destinados a enamorar a otra persona.
Según Daniel Granada los indios Pampas le atribuyen todos los males y desgracias que sufren. Para ahuyentar al gualicho montan a caballo con todos sus pertrechos arremetiendo contra el enemigo invisible con gritos y movimientos amenazantes, hasta que creen que lo han vencido.
Según Daniel Granada los indios Pampas le atribuyen todos los males y desgracias que sufren. Para ahuyentar al gualicho montan a caballo con todos sus pertrechos arremetiendo contra el enemigo invisible con gritos y movimientos amenazantes, hasta que creen que lo han vencido.
Fuente: cuco.com.ar
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Mitos y Leyendas de Bolivia
Apacheta (Bolivia)
Montículo de piedras, a manera de altar, erigido en honor a la PACHA MAMA. Se lo encuentra comunmente en el noroeste argentino y en Perú y Bolivia. En este último país le denominan apachita y son preferentemente de color blanco. Ante la apacheta los indios dejan sus ofrendas y piden que se aparten las desgracias (chiknis) de su camino y salud para seguir viaje.
Fuente: cuco.com.ar
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Mitos y Leyendas de Bolivia
lunes, 7 de junio de 2010
YINCIHAUA (Chile)
(Leyenda de Tierra del Fuego)
Todos los años en la primavera, las jóvenes mujeres onas se juntaban en una choza especial, para la importante fiesta llamada “yincihaua”. Acudían desnudas, con el cuerpo pintado y en sus rostros máscaras multicolores. Tenían gran imaginación para hacerse hermosos dibujos geométricos, que representaban los distintos espíritus que viven en la naturaleza. Ellos les daban los poderes que ejercían sobre los hombres.
Ese día una de las niñas tomó con mucho cuidado un poco de tierra blanca y empezó lentamente a trazar las cinco líneas que pensaba pintar desde su nariz hasta las orejas. Las otras jóvenes trataron de imitarla, ya que las figuras en el rostro eran muy importantes.
La fantasía de cada una se echó a volar y se pintaron de arriba abajo con armoniosas figuras. Unas a otras se ayudaban, pero para no ser reconocidas, se pusieron en sus rostros unas máscaras talladas. Blanco, negro y rojo eran los colores preferidos. En un momento dado, cuando ya estaban todas preparadas, salieron de la choza con grandes chillidos y mucho alboroto para asustar a los hombres que las esperaban afuera.
La bulliciosa ceremonia se encontraba en su apogeo y todos daban gritos, cuando sobre el tremendo ruido reinante se escuchó una fuerte discusión entre el hombre sol y su hermana, la mujer-luna.
-Yo no te necesito- insistía con altivez la luna.
-Sin mí, no puedes vivir- le contestó sarcástico el sol.
-Perdería mi brillo quizás, pero seguiría viviendo.
-Sin el brillo que yo te doy no vales nada.
-No seas tan presumido, hermano sol.
-Tú deberías ser más humilde, hermana luna.
Y así siguieron la disputa como dos niños chicos. Todos los hombres se pusieron de parte del sol y las mujeres apoyaron a la luna. La discusión fue creciendo, creciendo y ni siquiera el marido de la mujer luna, que era el arcoiris o “akaynic”, pudo lograr que la armonía volviera a reinar entre la gente de la tribu.
De pronto, un gran fuego estalló en la choza del “yincihaua”, donde las mujeres habían ido a buscar refugio cuando la pelea se hizo más fuerte. Allí estaban encerradas cuando las alcanzaron las llamas.
Aunque el griterío fue inmenso, ninguna logro salvarse. Todas murieron en el incendio. Pero se transformaron en animales de hermosa apariencia, según había sido su maquillaje. Hasta hoy mantienen esas características y las podemos ver, por ejemplo, en el cisne de cuello negro, en el cóndor o en el ñandú.
Afortunadamente ellas nunca supieron lo que había sucedido. Les habría dado mucha pena, porque fueron los propios hombres los que prendieron el fuego. Es que tenían envidia del poder que en el comienzo de los tiempos ostentaban las mujeres, y querían quitárselo.
Después de este penoso episodio, la mujer-luna se fue con su esposo “akaynic” hasta el firmamento. Detrás de ellos, queriendo alcanzarlos, se fue corriendo el hombre-hermano-sol, pero no pudo lograrlo.
Todos se quedaron, sin embargo, en la bóveda celestial y no volvieron a bajar a las fiestas de los hombres.
Fuente: Del Libro “El Mundo de Amado”. Leyendas de Tierra del Fuego. Lucía Gevert.
Gentileza Ser Indígena
Todos los años en la primavera, las jóvenes mujeres onas se juntaban en una choza especial, para la importante fiesta llamada “yincihaua”. Acudían desnudas, con el cuerpo pintado y en sus rostros máscaras multicolores. Tenían gran imaginación para hacerse hermosos dibujos geométricos, que representaban los distintos espíritus que viven en la naturaleza. Ellos les daban los poderes que ejercían sobre los hombres.
Ese día una de las niñas tomó con mucho cuidado un poco de tierra blanca y empezó lentamente a trazar las cinco líneas que pensaba pintar desde su nariz hasta las orejas. Las otras jóvenes trataron de imitarla, ya que las figuras en el rostro eran muy importantes.
La fantasía de cada una se echó a volar y se pintaron de arriba abajo con armoniosas figuras. Unas a otras se ayudaban, pero para no ser reconocidas, se pusieron en sus rostros unas máscaras talladas. Blanco, negro y rojo eran los colores preferidos. En un momento dado, cuando ya estaban todas preparadas, salieron de la choza con grandes chillidos y mucho alboroto para asustar a los hombres que las esperaban afuera.
La bulliciosa ceremonia se encontraba en su apogeo y todos daban gritos, cuando sobre el tremendo ruido reinante se escuchó una fuerte discusión entre el hombre sol y su hermana, la mujer-luna.
-Yo no te necesito- insistía con altivez la luna.
-Sin mí, no puedes vivir- le contestó sarcástico el sol.
-Perdería mi brillo quizás, pero seguiría viviendo.
-Sin el brillo que yo te doy no vales nada.
-No seas tan presumido, hermano sol.
-Tú deberías ser más humilde, hermana luna.
Y así siguieron la disputa como dos niños chicos. Todos los hombres se pusieron de parte del sol y las mujeres apoyaron a la luna. La discusión fue creciendo, creciendo y ni siquiera el marido de la mujer luna, que era el arcoiris o “akaynic”, pudo lograr que la armonía volviera a reinar entre la gente de la tribu.
De pronto, un gran fuego estalló en la choza del “yincihaua”, donde las mujeres habían ido a buscar refugio cuando la pelea se hizo más fuerte. Allí estaban encerradas cuando las alcanzaron las llamas.
Aunque el griterío fue inmenso, ninguna logro salvarse. Todas murieron en el incendio. Pero se transformaron en animales de hermosa apariencia, según había sido su maquillaje. Hasta hoy mantienen esas características y las podemos ver, por ejemplo, en el cisne de cuello negro, en el cóndor o en el ñandú.
Afortunadamente ellas nunca supieron lo que había sucedido. Les habría dado mucha pena, porque fueron los propios hombres los que prendieron el fuego. Es que tenían envidia del poder que en el comienzo de los tiempos ostentaban las mujeres, y querían quitárselo.
Después de este penoso episodio, la mujer-luna se fue con su esposo “akaynic” hasta el firmamento. Detrás de ellos, queriendo alcanzarlos, se fue corriendo el hombre-hermano-sol, pero no pudo lograrlo.
Todos se quedaron, sin embargo, en la bóveda celestial y no volvieron a bajar a las fiestas de los hombres.
Fuente: Del Libro “El Mundo de Amado”. Leyendas de Tierra del Fuego. Lucía Gevert.
Gentileza Ser Indígena
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Mitos y Leyendas de Chile
El origen del Calafate (Chile)
(Leyenda de Tierra del Fuego)
Hubo un tiempo en que las hojas del bosque eran siempre verdes. En ese entonces el joven selk’nam Kamshout partió en un largo viaje para cumplir con los ritos de iniciación de los klóketens.
El joven iniciado tardó tanto en volver que el resto del grupo lo dio por muerto.
Cuando nadie lo esperaba, Kamshout volvió completamente alterado y empezó a relatar su sorprendente incursión en un país de maravillas, más allá en el lejano norte.
En ese país los bosques eran interminables y los árboles perdían sus hojas en otoño hasta parecer completamente muertos. Sin embargo, con los primeros calores de la primavera las hojas verdes volvían a salir y los árboles volvían a revivir.
Nadie creyó la historia y la gente se rió de Kamshout quien, completamente enojado, se marchó al bosque y volvió a desaparecer.
Luego de una corta incursión por el bosque, Kamshout reapareció convertido en un gran loro, con plumas verdes en su espalda y rojas en su pecho. Era otoño y Kamshout -a partir de entonces llamado Kerrhprrh por el ruido que emitía, volando de árbol en árbol fue tiñiendo todas las hojas con sus plumas rojas. Así coloreadas, las hojas empezaron a caer y todo el mundo temió la muerte de los árboles. Esta vez la risa fue de Kamshout.
En la primavera las hojas volvieron a lucir su verdor, demostrando la veracidad de la aventura vivida por Kamshout.
Desde entonces los loros se reúnen en las ramas de los árboles para reírse de los seres humanos y así vengar a Kamshout, su
antepasado mítico.
Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.
Gentileza Ser Indígena
Hubo un tiempo en que las hojas del bosque eran siempre verdes. En ese entonces el joven selk’nam Kamshout partió en un largo viaje para cumplir con los ritos de iniciación de los klóketens.
El joven iniciado tardó tanto en volver que el resto del grupo lo dio por muerto.
Cuando nadie lo esperaba, Kamshout volvió completamente alterado y empezó a relatar su sorprendente incursión en un país de maravillas, más allá en el lejano norte.
En ese país los bosques eran interminables y los árboles perdían sus hojas en otoño hasta parecer completamente muertos. Sin embargo, con los primeros calores de la primavera las hojas verdes volvían a salir y los árboles volvían a revivir.
Nadie creyó la historia y la gente se rió de Kamshout quien, completamente enojado, se marchó al bosque y volvió a desaparecer.
Luego de una corta incursión por el bosque, Kamshout reapareció convertido en un gran loro, con plumas verdes en su espalda y rojas en su pecho. Era otoño y Kamshout -a partir de entonces llamado Kerrhprrh por el ruido que emitía, volando de árbol en árbol fue tiñiendo todas las hojas con sus plumas rojas. Así coloreadas, las hojas empezaron a caer y todo el mundo temió la muerte de los árboles. Esta vez la risa fue de Kamshout.
En la primavera las hojas volvieron a lucir su verdor, demostrando la veracidad de la aventura vivida por Kamshout.
Desde entonces los loros se reúnen en las ramas de los árboles para reírse de los seres humanos y así vengar a Kamshout, su
antepasado mítico.
Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.
Gentileza Ser Indígena
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Mitos y Leyendas de Chile
Los Onas y las Unas (Chile)
(Leyenda de Tierra del Fuego)
Los Onas suponen que en las variadas fases de la luna hay seres ocultos enemigos de los hombres que les causan mayor pavor.
El engrosamiento gradual de la luna KRE les inspira gran miedo, porque creen que para engrosarse se alimenta de criaturas humanas, a las cuales les chupa la sangre que les causa la muerte.
De aquí que cuando llega el plenilunio hagan fiestas alrededor de grandes fogatas y bailan y gritan en algazara infernal durante toda la noche, celebrando él haber librado del peligro de muerte a sus hijos, que aman con mucha ternura.
Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.
Gentileza Ser Indígena
Los Onas suponen que en las variadas fases de la luna hay seres ocultos enemigos de los hombres que les causan mayor pavor.
El engrosamiento gradual de la luna KRE les inspira gran miedo, porque creen que para engrosarse se alimenta de criaturas humanas, a las cuales les chupa la sangre que les causa la muerte.
De aquí que cuando llega el plenilunio hagan fiestas alrededor de grandes fogatas y bailan y gritan en algazara infernal durante toda la noche, celebrando él haber librado del peligro de muerte a sus hijos, que aman con mucha ternura.
Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.
Gentileza Ser Indígena
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Mitos y Leyendas de Chile
El inicio del mundo (Chile)
(Leyenda Nortina)
Los vecinos de la sierra cuentan, desde Cupo a Socaire, desde las cumbres hasta el llano, que en un comienzo en el mundo todo era sólo noche, todo era sólo penumbras, como cuando la neblina invade la quebrada. Nada iluminaba la existencia de los hombres, quienes deambulaban por los cerros, las quebradas y las vegas en busca de esquivos alimentos. Dicen que la falta de calor y de luz impedía la germinación de las semillas, el crecimiento de las plantas; sólo existía lo que ya estaba allí.
La tierra comenzaba recién a adquirir su forma actual, aparecían los paisajes de volcanes y planicies, con su amplia gama de colores. El agua caía copiosamente; llovía y llovía. Ríos caudalosos descendían desde lo alto, gastando los cerros,
arrastrando grandes rocas con las cuales desgarraban el llano, abriendo profundas grietas.
"Saire", que significa agua de lluvia, frío, hambre y soledad eran los compañeros de algunos "antiguos", los cuales difícilmente lograban sobrevivir. Se ocultaban en cuevas existentes en lugares tan separados como en Socaire, camino a las lagunas, y en la quebrada del Encanto, cerquita de Toconce, donde suelen verse sus sombras en las noches sin luna, pero es necesario ir sin compañía hasta dichos lugares para poder apreciarlo.
De estos hombres se dice que los de la cuenca del río Salado murieron por no resistir la presencia del sol; y los del sector socaireño, debido a la intensidad de las lluvias, acompañadas con sus truenos y relámpagos.
De ellos sólo perduran sus pueblos destruidos y sus tumbas saqueadas. También, a medio camino entre Toconce y Linzor, sus grandes pies quedaron marcados sobre las blandas rocas de aquella época. Hoy es posible ver esos rastros allí donde quedaron definitivamente grabados por ejemplo en Patillón.
En Socaire, cuentan algunos vecinos, cuando "los abuelos" habían hecho los terrenos y las eras, llovió durante cuarenta días y cuarenta noches, y el agua corrió y corrió, después, quizás cuántos años, demoró en terminarse el agua.
La gente en ese entonces era muy tímida, vivían en los graneros. No tenían casas, tampoco tenían nombres porque no eran cristianos. Aunque no eran gente educada eran personas muy buenas que vivían inocentemente. Trabajaban la tierra, sin herramientas porque no conocían la picota, ni la pala ni el chuzo; sólo usaban una rama de árbol y la pura mano. Sin embargo, ¡fue tanto terreno el que trabajaron!...
Ellos le cantaban al agua y el agua les ayudaba en sus trabajos, corriendo de piedra en piedra para hacer los muros de esos largos canales que aún se ven. Sin embargo, después de la larga lluvia lo perdieron todo: los terrenos, los sembrados, la vida. Por eso ahora, nadie sabe cantarle al agua para que vuelva a brotar como antes, para que haya tantos sembradíos como antes, para que la gente sea buena e inocente, como antes.
Fuente: Del libro "Monitores Culturas Originarias". Área Culturas Originarias. División de Cultura. Mineduc.
Gentileza Ser Indígena
Los vecinos de la sierra cuentan, desde Cupo a Socaire, desde las cumbres hasta el llano, que en un comienzo en el mundo todo era sólo noche, todo era sólo penumbras, como cuando la neblina invade la quebrada. Nada iluminaba la existencia de los hombres, quienes deambulaban por los cerros, las quebradas y las vegas en busca de esquivos alimentos. Dicen que la falta de calor y de luz impedía la germinación de las semillas, el crecimiento de las plantas; sólo existía lo que ya estaba allí.
La tierra comenzaba recién a adquirir su forma actual, aparecían los paisajes de volcanes y planicies, con su amplia gama de colores. El agua caía copiosamente; llovía y llovía. Ríos caudalosos descendían desde lo alto, gastando los cerros,
arrastrando grandes rocas con las cuales desgarraban el llano, abriendo profundas grietas.
"Saire", que significa agua de lluvia, frío, hambre y soledad eran los compañeros de algunos "antiguos", los cuales difícilmente lograban sobrevivir. Se ocultaban en cuevas existentes en lugares tan separados como en Socaire, camino a las lagunas, y en la quebrada del Encanto, cerquita de Toconce, donde suelen verse sus sombras en las noches sin luna, pero es necesario ir sin compañía hasta dichos lugares para poder apreciarlo.
De estos hombres se dice que los de la cuenca del río Salado murieron por no resistir la presencia del sol; y los del sector socaireño, debido a la intensidad de las lluvias, acompañadas con sus truenos y relámpagos.
De ellos sólo perduran sus pueblos destruidos y sus tumbas saqueadas. También, a medio camino entre Toconce y Linzor, sus grandes pies quedaron marcados sobre las blandas rocas de aquella época. Hoy es posible ver esos rastros allí donde quedaron definitivamente grabados por ejemplo en Patillón.
En Socaire, cuentan algunos vecinos, cuando "los abuelos" habían hecho los terrenos y las eras, llovió durante cuarenta días y cuarenta noches, y el agua corrió y corrió, después, quizás cuántos años, demoró en terminarse el agua.
La gente en ese entonces era muy tímida, vivían en los graneros. No tenían casas, tampoco tenían nombres porque no eran cristianos. Aunque no eran gente educada eran personas muy buenas que vivían inocentemente. Trabajaban la tierra, sin herramientas porque no conocían la picota, ni la pala ni el chuzo; sólo usaban una rama de árbol y la pura mano. Sin embargo, ¡fue tanto terreno el que trabajaron!...
Ellos le cantaban al agua y el agua les ayudaba en sus trabajos, corriendo de piedra en piedra para hacer los muros de esos largos canales que aún se ven. Sin embargo, después de la larga lluvia lo perdieron todo: los terrenos, los sembrados, la vida. Por eso ahora, nadie sabe cantarle al agua para que vuelva a brotar como antes, para que haya tantos sembradíos como antes, para que la gente sea buena e inocente, como antes.
Fuente: Del libro "Monitores Culturas Originarias". Área Culturas Originarias. División de Cultura. Mineduc.
Gentileza Ser Indígena
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Mitos y Leyendas de Chile
El Tatu y su capa de fiesta (Chile)
(Leyenda Nortina)
Las gaviotas andinas se habían encargado de llevar la noticia hasta los últimos rincones del Altiplano. Volando de un punto a otro, incansables, habían comunicado a todos que cuando la luna estuviera brillante y redonda, los animales estaban cordialmente invitados a una gran fiesta a orillas del lago. El Titicaca se alegraba cada vez que esto sucedía.
Cada cual se preparaba con esmero para esta oportunidad. Se acicalaban y limpiaban sus plumajes y sus pieles con los mejores aceites especiales, para que resplandecieran y todos los admiraran. Todo esto lo sabía Tatú, él quirquincho, ya había asistido a algunas de estas fastuosas fiestas que su querido amigo Titicaca gustaba de organizar. En esta ocasión deseaba ir mejor que nunca, pues recientemente había sido nombrado integrante muy principal de la comunidad. Y comprendía bien lo que esto significaba... Él era responsable y digno. Esas debían haber sido las cualidades que se tuvieron en cuenta al darle este título honorífico que tanto lo honraba. Ahora deseaba íntimamente deslumbrarlos a todos y hacerlos sentir que no se habían equivocado en su elección.
Todavía faltaban muchos días, pero en cuanto recibió la invitación se puso a tejer un manto nuevo, elegantísimo, para que nadie quedara sin advertir su presencia espectacular. Era conocido como buen tejedor, y se concentró en hacer una trama
fina, fina, a tal punto, que recordaba algunas maravillosas telarañas de esas que se suspenden en el aire, entre rama y rama de los arbustos, luciendo su tejido extraordinario. Ya llevaba bastante adelantado, aunque el trabajo, a veces, se le
hacia lento y penoso, cuando acertó a pasar cerca de su casa el zorro, que gustaba de meter siempre su nariz en lo que no le importaba.
Al verlo, le preguntó con curiosidad que hacía y este le respondió que trabajaba en su capa para ponérsela el día de la fiesta en el lago, el zorro le respondió que cómo iba a alcanzar a terminarla si la fiesta era esa noche. El quirquincho pensó
que había pasado el tiempo sin notarlo. Siempre le sucedía lo mismo... Calculaba mal las horas... Al pobre Tatú se le fue el alma a los pies. Una gruesa lágrima rodó por sus mejillas. Tanto prepararse para la ceremonia... El encuentro con sus
amigos lo había imaginado distinto de lo que sería ahora. ¿Tendría fuerzas y tiempo para terminar su manto tan hermosamente comenzado?
El zorro captó su desesperación, y sin decir más se alejó riendo entre dientes. Sin buscarlo había encontrado el modo de inquietar a alguien...y eso le producía un extraño placer. Tatú tendría que apurarse mucho si quería ir con vestido nuevo a
la fiesta. Y así fue. Sus manitos continuaron el trabajo moviéndose con rapidez y destreza, pero debió recurrir a un truco para que le cundiera. Tomó hilos gruesos y toscos que le hicieron avanzar más rápido. Pero, la belleza y finura iniciales del tejido se fueron perdiendo a medida que avanzaba y quedaba al descubierto una urdimbre más suelta. Finalmente todo estuvo listo y Tatú se engalanó para asistir a su fiesta.
Entonces respiró hondo, y con un suspiro de alivio miró al cielo
estirando sus extremidades para sacudirse el cansancio de tanto trabajo. En ese instante advirtió el engaño... ¡Si la luna todavía no estaba llena! Lo miraba curiosa desde sus tres cuartos de creciente...
Un primer pensamiento de cólera contra el viejo zorro le cruzó su cabecita. Pero al mirar su manto nuevamente bajo la luz brillante que caía también de las estrellas, se dio cuenta de que, si bien no había quedado como él lo imaginara, de todos
modos el resultado era de auténtica belleza y esplendor. No tendría para qué deshacerlo. Quizás así estaba mejor, más suelto y aireado en su parte final, lo cual le otorgaba un toque exótico y atractivo. El zorro se asombraría cuando lo viera... Y, además, no le guardaría rencor, porque sido su propia culpa creerle a alguien que tenía fama de travieso y juguetón. Simplemente él no podía resistir la tentación de andar burlándose de todos... y siempre encontraba alguna víctima.
Pero esta vez todo salió bien: el zorro le había hecho un favor. Porque Tatú se lució efectivamente, y causó gran sensación con su manto nuevo cuando llegó, al fin, el momento de su aparición triunfal en la fiesta de su amigo Titicaca.
Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.
Gentileza Ser Indígena
Las gaviotas andinas se habían encargado de llevar la noticia hasta los últimos rincones del Altiplano. Volando de un punto a otro, incansables, habían comunicado a todos que cuando la luna estuviera brillante y redonda, los animales estaban cordialmente invitados a una gran fiesta a orillas del lago. El Titicaca se alegraba cada vez que esto sucedía.
Cada cual se preparaba con esmero para esta oportunidad. Se acicalaban y limpiaban sus plumajes y sus pieles con los mejores aceites especiales, para que resplandecieran y todos los admiraran. Todo esto lo sabía Tatú, él quirquincho, ya había asistido a algunas de estas fastuosas fiestas que su querido amigo Titicaca gustaba de organizar. En esta ocasión deseaba ir mejor que nunca, pues recientemente había sido nombrado integrante muy principal de la comunidad. Y comprendía bien lo que esto significaba... Él era responsable y digno. Esas debían haber sido las cualidades que se tuvieron en cuenta al darle este título honorífico que tanto lo honraba. Ahora deseaba íntimamente deslumbrarlos a todos y hacerlos sentir que no se habían equivocado en su elección.
Todavía faltaban muchos días, pero en cuanto recibió la invitación se puso a tejer un manto nuevo, elegantísimo, para que nadie quedara sin advertir su presencia espectacular. Era conocido como buen tejedor, y se concentró en hacer una trama
fina, fina, a tal punto, que recordaba algunas maravillosas telarañas de esas que se suspenden en el aire, entre rama y rama de los arbustos, luciendo su tejido extraordinario. Ya llevaba bastante adelantado, aunque el trabajo, a veces, se le
hacia lento y penoso, cuando acertó a pasar cerca de su casa el zorro, que gustaba de meter siempre su nariz en lo que no le importaba.
Al verlo, le preguntó con curiosidad que hacía y este le respondió que trabajaba en su capa para ponérsela el día de la fiesta en el lago, el zorro le respondió que cómo iba a alcanzar a terminarla si la fiesta era esa noche. El quirquincho pensó
que había pasado el tiempo sin notarlo. Siempre le sucedía lo mismo... Calculaba mal las horas... Al pobre Tatú se le fue el alma a los pies. Una gruesa lágrima rodó por sus mejillas. Tanto prepararse para la ceremonia... El encuentro con sus
amigos lo había imaginado distinto de lo que sería ahora. ¿Tendría fuerzas y tiempo para terminar su manto tan hermosamente comenzado?
El zorro captó su desesperación, y sin decir más se alejó riendo entre dientes. Sin buscarlo había encontrado el modo de inquietar a alguien...y eso le producía un extraño placer. Tatú tendría que apurarse mucho si quería ir con vestido nuevo a
la fiesta. Y así fue. Sus manitos continuaron el trabajo moviéndose con rapidez y destreza, pero debió recurrir a un truco para que le cundiera. Tomó hilos gruesos y toscos que le hicieron avanzar más rápido. Pero, la belleza y finura iniciales del tejido se fueron perdiendo a medida que avanzaba y quedaba al descubierto una urdimbre más suelta. Finalmente todo estuvo listo y Tatú se engalanó para asistir a su fiesta.
Entonces respiró hondo, y con un suspiro de alivio miró al cielo
estirando sus extremidades para sacudirse el cansancio de tanto trabajo. En ese instante advirtió el engaño... ¡Si la luna todavía no estaba llena! Lo miraba curiosa desde sus tres cuartos de creciente...
Un primer pensamiento de cólera contra el viejo zorro le cruzó su cabecita. Pero al mirar su manto nuevamente bajo la luz brillante que caía también de las estrellas, se dio cuenta de que, si bien no había quedado como él lo imaginara, de todos
modos el resultado era de auténtica belleza y esplendor. No tendría para qué deshacerlo. Quizás así estaba mejor, más suelto y aireado en su parte final, lo cual le otorgaba un toque exótico y atractivo. El zorro se asombraría cuando lo viera... Y, además, no le guardaría rencor, porque sido su propia culpa creerle a alguien que tenía fama de travieso y juguetón. Simplemente él no podía resistir la tentación de andar burlándose de todos... y siempre encontraba alguna víctima.
Pero esta vez todo salió bien: el zorro le había hecho un favor. Porque Tatú se lució efectivamente, y causó gran sensación con su manto nuevo cuando llegó, al fin, el momento de su aparición triunfal en la fiesta de su amigo Titicaca.
Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.
Gentileza Ser Indígena
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Mitos y Leyendas de Chile
EL Millalobo (Chile)
(Leyenda de Chiloé)
El Millalobo habita en lo más profundo del mar, y fue concebido bajo el mandato y protección del espíritu de las aguas Coicoi-vilu, por una hermosa mujer en amores con un lobo marino durante el período en que las aguas del mar invadieron la
tierra.
Tiene el aspecto de una gran foca, su rostro tiene aspecto de un hombre y de pez. La parte superior del tórax tiene aspecto humano y el resto de su cuerpo tiene formas de lobo marino. Está cubierto de un corto y brillante pelaje de color amarillo
oscuro, de ahí su nombre Millalobo (de milla: oro) o Lobo de Oro. Comparte su vida con la Hunchula, hija de una vieja machi, llamada la Huenchur, y cuando las condiciones lo permiten sale con su amada a las playas solitarias con
la intención de disfrutar de los rayos del sol.
El Millalobo, fue envestido por Coicoi-Vilu, como amo y señor de todos los mares y por lo tanto es el jefe supremo de todos los seres que en ellos habitan. De esta manera está en el nivel jerárquico más alto del gobierno de los mares y se le puede comparar con Neptuno de la mitología griega.
Como dueño y señor, de gran poderío, delega sus importantes funciones, en varios miembros subalternos encargados de hacer cumplir sus mandatos y voluntad. Esto va desde sembrar peces y mariscos, cuidar de su desarrollo y multiplicación, dirigir las mareas o controlar las calmas y tempestades. También están bajo su mandato las acciones de seres maléficos como la Vaca Marina, el Cuero, el Cuchivilu y el Piuchén.
De su unión con la hermosa Henchula nacieron la Pincoya, la Sirena y el Pincoy, quienes como buenos hijos ayudan y desempeñan importantes papeles en los vastos dominios de su poderoso padre.
Fuente: Mitología Chilota
Gentileza Ser Indígena
El Millalobo habita en lo más profundo del mar, y fue concebido bajo el mandato y protección del espíritu de las aguas Coicoi-vilu, por una hermosa mujer en amores con un lobo marino durante el período en que las aguas del mar invadieron la
tierra.
Tiene el aspecto de una gran foca, su rostro tiene aspecto de un hombre y de pez. La parte superior del tórax tiene aspecto humano y el resto de su cuerpo tiene formas de lobo marino. Está cubierto de un corto y brillante pelaje de color amarillo
oscuro, de ahí su nombre Millalobo (de milla: oro) o Lobo de Oro. Comparte su vida con la Hunchula, hija de una vieja machi, llamada la Huenchur, y cuando las condiciones lo permiten sale con su amada a las playas solitarias con
la intención de disfrutar de los rayos del sol.
El Millalobo, fue envestido por Coicoi-Vilu, como amo y señor de todos los mares y por lo tanto es el jefe supremo de todos los seres que en ellos habitan. De esta manera está en el nivel jerárquico más alto del gobierno de los mares y se le puede comparar con Neptuno de la mitología griega.
Como dueño y señor, de gran poderío, delega sus importantes funciones, en varios miembros subalternos encargados de hacer cumplir sus mandatos y voluntad. Esto va desde sembrar peces y mariscos, cuidar de su desarrollo y multiplicación, dirigir las mareas o controlar las calmas y tempestades. También están bajo su mandato las acciones de seres maléficos como la Vaca Marina, el Cuero, el Cuchivilu y el Piuchén.
De su unión con la hermosa Henchula nacieron la Pincoya, la Sirena y el Pincoy, quienes como buenos hijos ayudan y desempeñan importantes papeles en los vastos dominios de su poderoso padre.
Fuente: Mitología Chilota
Gentileza Ser Indígena
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Mitos y Leyendas de Chile
TENTEN-VILU Y COICOI-VILU (Chile)
(Leyenda de Chiloé)
Hace muchísimos años la Isla Grande de Chiloé, y todo el enjambre de islas que le rodean, formaban un solo cuerpo con el Continente Americano.
Sin embargo, un día apareció repentinamente la Diosa de las Aguas Coicoi-vilu (de Co: agua y vilu: culebra) con la intención de destruir todo lo que hubiera sobre la tierra.
Obedeciendo a sus mandatos, las aguas comenzaron a elevarse inundando valles y cerros, y sepultando a sus horrorizados habitantes en las profundidades del mar.
Cuando todo parecía perdido, hizo su aparición la Diosa de la Tierra, Tentén-vilu (de Ten: tierra y vilu: culebra). Tentén-vilu comenzó a luchar contra su enemiga, a la vez que elevaba las tierras inundadas y protegía a sus habitantes, ayudándolos
a subir a las partes más altas, transformándolos en pájaros, o dotándolos del poder de volar.
La batalla duró mucho, finalmente Tentén-vilu venció parcialmente a Coicoi-Vilú, pues a pesar de que esta última se retiró, las aguas nunca regresaron a sus límites originales.
Como consecuencia de toda esta lucha, los valles, cerros y cordilleras que antes formaban la zona, quedaron transformados en un archipiélago de inigualable belleza, que es lo que hoy conocemos con el nombre de Archipiélago de Chiloé.
Fuente: Mitología Chilota
Gentileza Ser Indígena
Hace muchísimos años la Isla Grande de Chiloé, y todo el enjambre de islas que le rodean, formaban un solo cuerpo con el Continente Americano.
Sin embargo, un día apareció repentinamente la Diosa de las Aguas Coicoi-vilu (de Co: agua y vilu: culebra) con la intención de destruir todo lo que hubiera sobre la tierra.
Obedeciendo a sus mandatos, las aguas comenzaron a elevarse inundando valles y cerros, y sepultando a sus horrorizados habitantes en las profundidades del mar.
Cuando todo parecía perdido, hizo su aparición la Diosa de la Tierra, Tentén-vilu (de Ten: tierra y vilu: culebra). Tentén-vilu comenzó a luchar contra su enemiga, a la vez que elevaba las tierras inundadas y protegía a sus habitantes, ayudándolos
a subir a las partes más altas, transformándolos en pájaros, o dotándolos del poder de volar.
La batalla duró mucho, finalmente Tentén-vilu venció parcialmente a Coicoi-Vilú, pues a pesar de que esta última se retiró, las aguas nunca regresaron a sus límites originales.
Como consecuencia de toda esta lucha, los valles, cerros y cordilleras que antes formaban la zona, quedaron transformados en un archipiélago de inigualable belleza, que es lo que hoy conocemos con el nombre de Archipiélago de Chiloé.
Fuente: Mitología Chilota
Gentileza Ser Indígena
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Mitos y Leyendas de Chile
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