(Se llamaban a sí mismos kaweskar, pero sus vecinos, en forma despectiva, los denominaron alacalufes -come mejillones- por su costumbre de alimentarse de mariscos).
Se cuenta entre los Kawéskar, que hace mucho tiempo, un joven salió en busca de una nutria tabú y la mató. Esto lo hizo cuando sus padres estaban ausentes. Ellos habían partido lejos, en la caza de nutrias y aves, para su sustento.
Cuando el joven mató a la nutria, se desató un gran viento y una fuerte tormenta comenzó a rugir.
Una gran marejada cubrió la tierra. El joven que había matado la nutria, logró sobrevivir junto a su mujer y para salvar su vida, huyó a la cima de un cerro. Allí aguardó hasta que la gran marea bajó.
Decidió descender entonces, aprovechando la marea baja, pero se percató que su hermano y sus padres habían muerto ahogados. Más allá, se dio cuenta que todos se habían ahogados y al retirarse el mar, vio animales, orcas y ballenas esparcidos por el bosque.
Se fueron los dos tristes y comenzaron a construir una choza. Como no tenían con que cubrir la choza, lo hicieron con pasto y allí permanecieron hasta el nuevo día.
Con el frío, el joven soñó que veía un coipo; y soñó con comida también. Mientras soñaba que comía, se despertó.
-"¿Por qué estaba soñando con un coipo?-
Yo mataba al coipo, me lo comía cuando soñaba.
- ¿Y con qué fuego?"
Después se quedó dormido nuevamente, se quedó dormido y luego despertó y despertó a su mujer.
-Oye, mira, ve a traer un palo quebrado, pues estaba soñando y sé que va a entrar un coipo y tú lo vas a matar, para comer.-
Se quedó dormido y, nuevamente vio en sueños lo mismo.
Su mujer seguía despierta, cuando, de pronto entró una manada de coipos y ella los iba matando con un garrote uno por uno, con lo que obtuvieron la comida necesaria para sobrevivir.
Fuente: http://www.redchilena.com/Leyendas/
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